Can we try it again?

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Su día a día pasaba, aparentemente, sin problemas era feliz al saber que Noritoshi estaba considerando una reconciliación, la pequeña Nobara estaba de regreso en casa, una casa la cual ya no era su antiguo hogar, esa había sido vendida, ahora estaban en una hermosa casa, no era ostentosa, apenas y plata baja y primer piso, pequeña, acogedora, un lugar perfecto para su recuperación. Era feliz, por primera vez después de mucho tiempo empezaba a ser feliz, cada que podía se disculpaba con Kamo, otras tantas se conformaba con la actitud fría y distante de su ex marido, siempre entendía, había sido su culpa el fracaso de su matrimonio.

En ocasiones los celos se apoderaban de él, si bien el socio de su marido lo llamaba todos los días, él era el menor problema, Suguro era el grande, llamadas a todas horas, visitaba su casa con el pretexto del trabajo, Itadori solo aguantaba, no estaba en posición de reclamar o prohibir nada, pero en esos momentos dudaba de Noritoshi, le parecía que el pelinegro le gustaba y le agradaba la atención que recibía de él.

En ocasiones Satoru tenía que presentarse en su casa, simplemente trabajo, era algo que no podía evitar, Kamo trabajaba la mayor parte del tiempo desde casa, siempre estaba al pendiente de él; evitaba ver al albino, conversar con él. Una sola ocasión pasó a saludarlo, Noritoshi era tan bueno y caballeroso, él lo permitió, era como una clase de agradecimiento por haberse tragado su orgullo al aceptar que el pelirrosa no lo amaba, el albino subió a la habitación solo a saludar, preguntó cómo estaba y sonrió con melancolía, arrepentido por lo que había hecho, pero lo hecho, hecho estaba, no podía lamentarse. Itadori rezaba todos los días por tener de nuevo a su familia, ser feliz, su recuperación había avanzado tanto, así que ese día quería sorprender a Kamo con una cena, era su cumpleaños, el año anterior no habían podido celebrarlo, era un nuevo comienzo.

- Te invito a comer ¿qué dices? –

- Te lo agradezco Getou, pero hoy debo ir temprano a casa, no me gusta dejar mucho tiempo solo a Yuuji, todavía no está bien –

- Pero ya no es tu responsabilidad, has hecho bastante en ayudarlo este tiempo, de hecho lo veo bastante recuperado, acaso ¿estás pensando en volver con él? – el azabache debía cerciorarse de cómo estaba la situación entre ambos, no iba a permitir que todo el terreno que había ganado se fuera a la basura.

- Lo siento, no responderé eso, pero de verdad no puedo –

- Solo comeremos, prometo que regresarás rápido a casa –

Noritoshi aceptó, no podía negar que la compañía del azabache era buena, le agradaba estar con él. Ambos se dirigieron a un restaurante cerca de la empresa – Es para ti – Suguro le entregó una pequeña caja de color negra con un moño dorado.

- No debiste hacerlo –

- Es un pequeño presente, agradezco que este tiempo me hayas permitido estar contigo, conocerte mejor –

- Gracias – miró el interior de la caja, era un hermoso reloj, de buena marca, el azabache se lo puso como agradecimiento, al ver la su regalo, pudo observar que ya era tarde – Debo irme Getou, es tarde y no le avisé a Itadori que llegaba tarde –

- Está bien, te agradezco que hayas aceptado mi invitación – pidió la cuenta y cada uno se retiró, sonrió al saber que seguramente el pelirrosa quería celebrar el cumpleaños de Kamo, pero ahora le había arriunado cualquier plan que hubiera tenido.

Noritoshi manejó a su casa, sonrió al ver el regalo que le hizo el azabache, suspiró aliviado de no tener que aclarar nada, Getou se mantuvo al margen sobre la relación con Yuuji, no quería darle explicaciones a nadie de lo que haría o estaba haciendo. Llegó a casa y se encontró al pelirrosa dormido en la sala – Yuuji despierta – lo llamó con voz bajita, no quería asustarlo - ¿por qué estás durmiendo aquí abajo? –