3

411 38 16
                                    



- ¿Me dirás qué pasó? – Yuuji no contestó, el vacío que sentía lo tenía dentro de un enorme agujero negro, uno en el cual se perdería por mucho tiempo, él amaba con todo su ser a Gojo ¿Qué haría ahora? Su mirada hacia la nada preocupó a su amiga, no era normal que el joven no durmiera en su casa, desde que vivía con Satoru, por muy fuerte que fuera la discusión o pelea, dormía en casa, y peor aún, había tomado todas sus pertenencias. – Yuuji iré a dormir si necesitas algo no dudes en decírmelo –

El pelirrosa comenzó a llorar, tratando de silenciar sus sollozos, no quería que Nobara escuchara ya tenía demasiados problemas con su enfermedad. A su mente llegaban miles de preguntas, para las cuales no tenía una respuesta. Creía conocer al albino, creía ser amado por este, creía que sus palabras de amor eran siempre dedicadas desde su corazón, que todas y cada una eran verdad. No tuvo el valor de quedarse en su casa, terminaría creyendo todas sus mentiras y aceptando ser el amante.


Yuuji Itadori era un chico alto, con cabellos color rosa, mirada tierna, cursaba la universidad cuando conoció a Satoru Gojou, un hombre apuesto, alto, cabello platinado, tirándole a blanco, ojos color azul claro, extremadamente guapo y varonil, llevaban una buena vida juntos, eran felices, peleaban muy pocas veces, pero siempre habían sabido solucionar las cosas, el pelirrosa creía que había comunicación entre ellos ¿desde cuándo comenzó a engañarlo? Comenzó a llorar de nuevo, no creyó que en algún momento de su vida se sentiría de esa manera, ya no tenía a nadie a su lado, su abuelo y único familiar había muerto, ¿A quién más iba a llamar desde el hospital? Se suponía que el albino debía ir por él, preocuparse por él ¡Eran pareja maldita sea!

Al ver que Gojou no lo buscó en el Hospital, después del asalto, decidió que era momento de dejarlo ser feliz, esa mirada de miedo por creer que pierdes a alguien él la conocía muy bien, así que ¿qué otra prueba necesitaba para darse cuenta que Satoru no lo amaba? Llamó a su amiga Nobara, quien lo recogió y acompañó a su casa, tomó su ropa, pertenencias y salió de su hogar sin mirar atrás, ese lugar que creyó lo sería por el resto de sus días, ese hogar que extrañaría. No dejó ninguna nota, ni siquiera llevó su celular, lo dejó en el sillón junto a esa pequeña sortija que el albino le regalo cuando le pidió que fueran novios y que desde entonces no se había quitado, ya no la necesitaría. Se quedó dormido de tanto llorar, no sabía que iba a hacer con su vida, prácticamente Gojou era todo su mundo, su vida giraba alrededor del mayor, pero no quería ser la razón de su tristeza, no quería retenerlo en una relación que claramente ya no le gustaba, ni lo llenaba, el albino había tomado su decisión y la respetaría, aunque ello significara su infelicidad, su tristeza, tener su corazón roto y tal vez nunca podría ser feliz de nuevo.





- Tú puedes – Yuuji sentía su mano dormida, el dolor lo estaba matando, pero estaba apoyando a su mejor amiga, ese bebé que estaba a punto de nacer era su hijo. No podía sentirse feliz, tendrían un hermoso bebé y ambos lo cuidarían y educarían lo mejor posible, eso era lo que más deseaba, no podía ocultar el miedo en sus ojos. – Vamos –

- ¡Duele! – Se quejaba la chica de cabellos marrón - ¡Duele de los mil demonios! Es tu culpa por no impedirme hacer esta locura, este bebé me hace sufrir –

- Es una hermosa niña – la enfermera le dijo a Yuuji sonriendo, parecía que sería igualita al pelirrosa

- Nobara tenemos una hermosa niña – el pelirrosa sintió que la fuerza en su mano disminuía, no recibió respuesta alguno, cosa que lo alertó - ¿Doctora? – Preguntó con su voz temblorosa - ¿Nobara? –

Can we try it again?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora