Capítulo 3.

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-¿Ya se ha despertado Victor? - Preguntó Troy a la mañana siguiente.

-No. - Dije son un suspiro.

Ambos nos encontrábamos ayudando en la cocina.

Anoche esperé a que regresara de entre los muertos, pero fue inútil; así que tiré abajo la puerta de Troy para contarle mis descubrimientos sobre Victor.

-Según lo que me han dicho los chicos, todos pensaban que era un lobo del tío Karel. - Dijo frunciendo el ceño. - ¿Acaso alguien ha verificado su identidad?

-No se me había ocurrido. - Dije entregándole otro pescado limpio para el almuerzo. - Cada que nuestro barco llegaba el Este o del Centro, él ya se encontraba a bordo así que suponíamos que lo había mandado el tío para cuidarnos o algo.

Mamá nos había enseñado desde pequeños que sin importar nuestro estatus, debíamos de ayudar en lo que pudiéramos en el barco. Es por eso que mis hermanos podían sustituir al abuelo Drantos o a cualquiera a bordo del barco en sus labores. ¿Yo? No tenía las aptitudes físicas, biológicas o psicológicas para conducir el barco así que normalmente ayudaba en la cocina.

-¿Qué dice Drantos? -Preguntó mi primo suspirando ante nuestra falta de interés colectiva por la identidad del lobo.

- Que más allá de beberse todo el alcohol del barco, no ha hecho nada sospechoso en todos estos años...

-¡¿Él tampoco sabía quién era?! -Dijo soltando el pescado que acababa de entregarle.

- Me dijo que el lobo se había presentado como guardaespaldas enviado por "su majestad". - Dije encogiéndome de hombros.

- Un lobo muy sospechoso. - Dijo pensativo. - ¿Lo apresamos?

-¿Bajo qué excusa? Si es quien dice ser, entonces le estaríamos declarando la guerra al Continente Sur. ¿Qué diremos? "Oiga, señor rey del Sur, apresamos y puede que hayamos golpeado a su mano derecha porque por años nos ha estado siguiendo en los veranos, pero el colmo fue cuando se bebió mi barril de alcohol." Si, suerte con eso. - Dije burlonamente.

-Ahórrate el sarcasmo. - Dijo arrojándome un par de escamas al pecho. - ¿Tenías que parecerte tanto a la tía? Como sea, el tipo es sospechoso y deberíamos...

-Si, cachorro. ¿Qué deberíamos hacer? - Dijo una voz a nuestra espalda.

Ambos nos tensamos por algunos segundos y, de nuevo como el lobo cobarde que era, Troy se transformó y se lanzó hasta el otro lado de la habitación.

-¡Comenzaré a restarte días de sueldo cada que hagas eso! - Dije mirando su lomo peludo antes de voltear y enfrentarme a un muy resacoso Victor. - Perdónalo, es difícil encontrar buena servidumbre hoy en día.

-¿Quién es el lobo sospechoso? - Preguntó ignorando las payasadas de mi primo.

-Tú.

Él alzó una ceja y luego se cruzó de brazos.

-Estaba a punto de decirle que si nos quisieras muertos o si quisieras una guerra, pudiste habernos matado antes. - Dije con falsa convicción. – Ahora le puedes decir al príncipe Troy que es una tontería lo que está pensando.

-No es una tontería.

Mi boca cayó hasta el suelo.

-Mierda, entonces ¿Quieres una guerra? – Dije tomando el cuchillo con el que estaba limpiando a los pescados. – Te advierto que soy mejor que mis hermanos en una lucha.

Él resopló.

-Por supuesto que no.

Supongo que mi cara de indignación le dio una pista sobre la tontería que acababa de decirme.

Probando el destino del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora