Capítulo 10.

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-¿Por qué todas las misiones tienen que ser de noche? – Preguntó un muy gruñón Troy.

-Porque durante el día sería muy aburrido. – Dije ignorando sus protestas. – Además, no sé de qué te quejas si te dejé dormir unas horas.

-Desde que tía Lily me arrojó a ese horrible barco no he podido dormir. – Dijo lastimeramente. – De todas formas, ¿A dónde vamos?

-Eso, querido primo, quiero que sea una sorpresa. – Dije mientras les hacía señas para que se ocultaran en un callejón cercano a la puerta Sur de la última muralla.

Kara resopló y murmuró algo sobre querer una paga por estar con una loba medio loca.

Los dejé ahí y me acerqué sigilosamente hasta el puesto de vigilancia; un poco más y podría...

-Buenas noches, Princesa Anahí. – Dijo un lobo a mi espalda y casi salto del susto.

Me giré para enfrentarme a un par de guardias que me miraban curiosos. Supongo que mi disfraz no era tan bueno.

-¿Qué me delató? – Pregunté curiosa.

Ambos se miraron antes de que uno de ellos contestara.

-Sus ojos son muy... particulares; no está cubriendo su rostro. Además, en la parte trasera de su capa está bordado "Propiedad de la Princesa Anahí; no tocar, vagos". ¿Podemos ayudarla en algo?

Oh.

-Bueno, de hecho estaba pensando escabullirme a una misión súper secreta, pero ya que están aquí, ¿Podrían abrir la puerta y hacer como que soy genial en esto del camuflaje?

Regresé con el trío dinámico y les indiqué que me siguieran.

-¿Cómo pasaremos a los guardias? – Preguntó Kara.

- Me temo que tendremos que escalar, no hay otra manera. – Dije con convicción.

-¡¿Escalar?! ¡Soy mitad lobo, no mitad araña! – Dijo horrorizada.

-Baja la voz, si nos descubren tendremos que continuar la misión mañana por la noche. – Dije lo más seria que pude y eso la silenció.

Pier estaba siguiéndonos muy contento solo con dar un paseo. Ah, el salvaje siempre ha sido adorable.

Troy era el que nos cubría las espaldas y podía sentir su aura de resignación y desaprobación incluso a pocos pies de distancia.

Los llevé hacia un muro que tenía un montón de bordes para escalar y le hice una seña para que Troy y Kara fueran primero.

-Vayan, yo los seguiré...

-¡Alto ahí... invasores! – Gritó una voz a nuestra espalda.

-¡Rápido chicos, yo los distraeré mientras ustedes escalan! – Exclamé intentando no partirme de risa.

Tomé a Pier de la mano y me dirigí directo a los guardias.

-Lo están haciendo genial, chicos. - Dije dándoles unos disimulados pulgares arriba.

- ¿Necesita algo más? – Preguntó uno de ellos con una sonrisa.

-Bueno, ¿Podrían simular que están detrás de mí solo por el espectáculo, por favor?

-Por supuesto.

Durante los siguientes minutos Pier y yo caminábamos de un lado a otro del muro mientras yo gritaba que era una loba inocente. Cuando por fin los tórtolos se encontraban del otro lado, paré nuestras actuaciones.

Probando el destino del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora