Capítulo 9.

46 9 0
                                    

-¿Te divertiste en tu paseo, Pier? – Pregunté con una sonrisa cuando abrieron abruptamente mi puerta a la mañana siguiente.

Me estiré un poco sobre mi cama y observé a todos con diversión.

-¡Él fue el único que se divirtió en tu misión de mierda! – Gritó indignada Kara pisoteando hacia mí.

Yo di unas suaves palmaditas a mi lado y Pier saltó sobre la cama para acurrucarse solo para ser empujado por Kara. Ella le gruñó un poco y luego se tomó la libertad de meterse en las cobijas conmigo rezongando sobre si su deuda familiar valía la pena.

Pier solo se sacudió un poco y se acomodó a mi otro costado. No pude evitar reír.

Cuando Kara tuvo su primer encuentro con Pier terminó en el suelo, literalmente. La loba no estaba preparada para mi mascota salvaje y casi se le sale el corazón cuando lo vió por primera vez siendo mimado por mi.

Me alegraba que hubieran superado su mala leche. Y hablando de mala leche...

-Quisiera informarles que son pareja. – Dije en voz alta interrumpiéndolos insultos de Troy y los murmullos de Kara.

-¡¿Qué?! – Exclamó sorprendido Troy. Tan sorprendido que casi suelta la preciosa carga que traía en brazos.

-Cuidado con eso, estoy segura de que no quieres hacer una doble expedición por más. – Dije en tono serio.

-Tú...

-Guárdatelo, debes de ir a entregarle eso a la señora Lilian. ¿Encontraste a los pequeños animalitos que les pedí?

-¿Tu otra misión de mierda? Claro que la hicimos. Una total pérdida de tiempo porque Pier se las comía más rápido de lo que nosotros las atrapábamos. – Dijo Kara echando chispas por los ojos.

Yo tomé un extremo de la manta para taparle la cara y así no ver sus ojos.

-Mucho mejor. – Dije con una sonrisa.

Una pequeña y disimulada risa sonó del otro lado de la habitación.

-Como sea, ¿Por qué estamos emparejados? – Preguntó Kara sin destaparse el rostro.

-Porque necesitamos una coartada creíble para que ustedes pasen mucho tiempo juntos sin que comiencen rumores extraños. – Dije con un bostezo. – De todas formas no creo que les cueste trabajo "aparentar" que están teniendo mucha acción de cama.

Troy resopló y me mostró el dedo medio antes de darse la vuelta y salir de la habitación.

-¿Estás molesta conmigo por eso? – Preguntó Kara en voz baja.

-No. Ambos son adultos y si todo es consensuado, a mí me importa una mierda. – Dije honestamente.

Kara tenía alrededor de cinco años más que yo. A decir verdad, cuando se ofreció como mi dama de compañía, pensé que rondaba los diecisiete pero me abrió los ojos cuando comenzó a tomar del buen vino en la ceremonia de Dama de honor y después de varias horas ella seguía coherente. Esa solo es una práctica que se perfecciona con los años.

Me daba vergüenza admitir que yo era un peso ligero a pesar de que mi madre no me puso nunca una edad mínima para beber.

-¿Estamos bien entonces?

-Si, solo no se den amor en mi presencia y yo les evitaré el verme vomitar.

-Encantador.

-Oye, yo soy la que quedó traumatizada ayer, ¿Sabes qué tan difícil es idealizar que toda mi familia es asexual para luego toparme con la realidad?

Probando el destino del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora