Kim Taehyung es un joven de clase baja con un futuro brillante como profesor de Taekwondo. Una noche, después de beber y perder el control de sus actos, termina teniendo sexo con un joven adinerado que padece de daltonismo, del cuál termina teniendo...
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—Hijo, tienes que calmarte primero.
—¿Cómo quieres que me calme, mamá? No la siento, no la puedo mover...
—¿De verdad no puedes moverla?
—No puedo, mamá... —levantó la manta y miró sus piernas —no puedo... —entró en desesperación —.
—¡Buenos días, Sr. Kim! Me dijeron que había despertado. Veo que está bien de salud. Le haremos unos últimos exámenes y después podrá irse, hoy mismo si lo desea. ¿Cómo se siente?
—No puedo mover mi pierna. Me duele mucho cuando lo intento.
—Eso se debe a los daños causados por el accidente. Su pierna derecha sufrió una grave obstrucción y tuvimos que operarla para poder recuperarla.
—¿Qué significa eso? —Preguntó Taehyung —.
—El flujo sanguíneo era deficiente y por un milagro la salvamos de ser amputada.
—Pero, ¿mi hijo va a estar bien?
—Estará bien, solo que... —suspiró —ella no está del todo bien. Hicimos lo que pudimos para mantenerla, sin embargo su pierna quedará con una leve cojera. Por ahora deberá cuidar de ella y evitar cosas como; hacer esfuerzos grandes, movimientos bruscos, caminar largas distancias y correr.
—¿Qué? ¿Qué dijo? Tengo una profesión, Doctor. No puede decirme que debo abandonar todo por una cojera en la pierna —alzó la voz —.
—Taehyung, hijo por favor cálmate...
—Sr. Kim, agradezca que en este momento aún conserva su pierna. Despertó con una cojera, pero pudo haber despertado sin la mitad de su pierna.
—Doctor, soy profesor de Taekwondo, necesito mis piernas.
—Lo lamento mucho, pero por un largo tiempo deberá cambiar de profesión. Tendrá que usar una órtesis para que su pierna se mantenga estable y eso lo ayude en su recuperación. Al principio, caminar será doloroso para usted, y lo hará con dificultad, pero si se cuida tal vez en un futuro pueda hacer otras cosas. Con permiso...—salió —.
Taehyung miró fijamente sus piernas y comenzó a llorar sin parar. «Esto no puede ser verdad» Repitió numerosas veces mientras sostenía y apretaba su pierna con rabia y frustración.
—Ese maldito arruinó mi vida. Todos mis sueños se fueron a la mierda por su culpa. Nunca más podré caminar bien. Nunca más, mamá —lloró. —Nunca más. Mis sueños, mi trabajo, todo se acabó.
—Hijo... —lo abrazó —no digas eso.
—¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué a mí, mamá? Espero con todas mis fuerzas que ese infeliz sufra de la peor manera, al igual que yo.
