Kim Taehyung es un joven de clase baja con un futuro brillante como profesor de Taekwondo. Una noche, después de beber y perder el control de sus actos, termina teniendo sexo con un joven adinerado que padece de daltonismo, del cuál termina teniendo...
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—¿Me estás pidiendo que de mi permiso para que te cases con mi hija?
—Sí —suspiró, —eso mismo, tío. Sara y yo nos hicimos muy cercanos mientras estuvimos en Daegu.
—¿Ustedes dos son conscientes del parentesco qué tienen?
—Estamos conscientes, tío. Y la verdad eso no nos importa. Además, tú eres el menos indicado para cuestionarme. Te casaste con el amor de tu vida con quién compartes una diferencia de edad muy grande.
—Dile... —suspiró profundo —a Sara que venga a verme. Después que hable con ella, te daré una respuesta...
—Como quieras, tío... —hizo una reverencia y salió —.
El Sr. Jeon cubrió su rostro y se sentó sobre la cama mientras trataba de calmarse. Todo dentro de él estaba revuelto a un punto que parecía que iba a morir. No solo su situación con Jimin lo tenía preocupado, ahora también tendría que lidiar con su hija menor.
Algunas horas después, Jimin bajó al comedor para la cena, pero al llegar, se encontró que solo estaba un plato en aquella mesa tan grande. «Jeongyeon, ¿dónde están los demás?» Preguntó extrañado.
—Nadie va a cenar en el comedor, mi Sr. Jimin. El Sr. Namjoon y su familia comerán fuera. La Sra. Lalisa comerá en su habitación. La Sra. Geum Ri ni siquiera me respondió, y la Srta. Hyuna está dormida.
—¿Y mi esposo? —preguntó triste. —¿Por qué no bajó?
—El Sr. Jeon dijo que no cenará. Si quiere comer algo más, solo dígame.
—No, estoy bien —tomó asiento —.
—Con permiso, señor.
Jimin miró su plato con tristeza, y después recorrió con la mirada la mesa vacía. En ese momento, se sintió tan solo y miserable, ya que ni siquiera contaba con la compañía del Sr. Jeon, quién era la única persona que estaba con él en cada cena. Dio un suspiro profundo y comenzó a comer mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.
—Esta noche solo somos nosotros, hijo. En esta vida, siempre seremos solo nosotros —comió —.
A la mañana siguiente, Taehyung citó a su padre a una reunión en la compañía de su abuelo, a dónde estaba acompañado de Jungkook y la abogada Min Hei Ran. Esta le presentó los documentos dónde tendría que firmar para vender el 10% de las acciones que había comprado años atrás.
—Sabes que no hago esto para perjudicarte, papá.
—Lo sé, hijo. Y no te preocupes, no pienso negarme a firmar. Tengo suficiente para vivir con mi hija.
