Kim Taehyung es un joven de clase baja con un futuro brillante como profesor de Taekwondo. Una noche, después de beber y perder el control de sus actos, termina teniendo sexo con un joven adinerado que padece de daltonismo, del cuál termina teniendo...
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—¿Y ahora que pasó? Hasta aquí escuché los gritos de papá.
—No lo sé... —pensó. —Hoseok, vete tu después a la oficina, yo me voy primero...
—Está bien, hyung. Voy detrás de ti...
Jungkook tomó las llaves del auto y salió apresurado de casa para ir a reunirse con su padre en la compañía. Durante el trayecto, no podía parar de pensar todas las posibles situaciones que llevaron a su padre a tener esa reacción.
Taehyung por su parte, dejó a su padre a cargo del cuidado de su madre y Dubhe para poder ir a trabajar mientras ellas estaban en casa. Cuando salió al corredor, se encontró de frente con Hoseok, quién también estaba de salida. Sin decir nada, continuó su camino hasta el ascensor y evitó por completo hablar con él. «Taehyung...» Dijo Hoseok mientras se acercaba a él y lo tomaba del brazo para detenerlo.
—¿Qué quieres?
—¿Podemos hablar?
—Estoy con prisa...
—¡Espera! —lo detuvo. —No hemos tenido ni la primera conversación desde que terminaste conmigo. Creo que lo merezco, ¿no?
—No, no la mereces.
—La merezco...—asintió —porque no pude decirte nada ese día. Taehyung, yo ya no puedo soportarlo más...
—¿De qué estás hablando?
—Yo todavía te amo. Cometí un gran error, pero te sigo amando.
—Es muy tarde, Hoseok. Deberías saber eso...
—Quiero luchar por este amor que siento por ti, Taehyung... —se acercó. —Yo me voy a liberar de esta carga. Cuando nazca mi hijo lo haré, lo juro. Por favor, espera un poco...
Hoseok tomó el mentón de Taehyung y le dio un beso en los labios. Este se quedó inmóvil y sorprendido. Con un fuerte empujón, lo alejó de inmediato de él. «¿Qué estás haciendo?» Dijo con enojo y desagrado mientras se limpiaba la boca.
—No vuelvas a tocarme ni a besarme sin mi permiso. Entiende que yo ya no te amo.
—¿Eso que significa? —le miró el anillo en su dedo. —¿De dónde lo sacaste? —le tomó la mano a la fuerza para ver el anillo más de cerca. —¿Acaso estás saliendo con alguien?
—No es tu problema. ¡Suéltame! —se soltó. —No quiero esperar nada de ti, no quiero que te liberes de nada. Solo déjame en paz... —subió al ascensor. —Idiota... —limpió nuevamente su boca —.
—Yo mismo me voy a encargar de encontrar al maldito. Voy a descubrir con quién te acuestas, Kim Taehyung...y le voy a sacar los ojos.
