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⪧ ৎ⬪୭ ━━ 𝐋ogrɑron sɑlir del Lɑberinto
con vidɑ. Pɑrɑ muchos eso fue muy
difícil de creer durɑnte ɑños, ¿Pero
de verdɑd fue ɑsí? ¿De verdɑd
logrɑron sɑlir? O solo dieron un
sɑlto hɑciɑ su nuevɑ perdición...
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❝ LO QUE QUEDÓ DE NOSOTROS ❞
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Thomas y Minho se unieron rápidamente al resto de chicos, advirtiendoles sobre las criaturas que los perseguían con esmero. En sus rostros se reflejaba la incredulidad, sorpresa y terror mientras buscaban con urgencia la salida del lugar.
¿Qué clase de criatura actuaba de esa manera? ¿Qué clase de humano atentaría contra su propia especie? ¿Qué habían causado ellos mismos?
Con la ayuda de sus linternas y las luces que se encendieron con anterioridad, los jóvenes lograron hacerse camino hacia las escaleras electricas ya inutilizadas y abandonadas.
—¡Thomas, Minho! ¿¡Qué son esas cosas!? —exclamó Winston sin perder de vista el camino. Sus ojos se abrían casi en desorbita, sus pupilas se movían de un lado a otro con pánico, y su estado era igualado al estado de los demás jóvenes.
—¡No lo sé, solo... Sigamos corriendo! —Lizz miraba a sus espaldas con frecuencia, asegurándose de que aquellas criaturas no estuvieran pisando sus talones.
Al terminar de subir aquellas escaleras giraron a su izquierda aún sin estar seguros de a dónde ir, pues su instinto los llevaba a solo correr y sobrevivir. Se detuvieron abruptamente al ver cómo una de esas criaturas se atravesaba en su camino, todos intentaron pensar en una solución lo más rápido posible, pero sus cerebros estaban completamente bloqueados.
Al final, fue Aris quien sin ninguna sugerencia anterior se arremetió contra el hombre moribundo con un poste de metal que había agarrado con anterioridad, golpeando violentamente justo en su pierna e inmovilizando al contrario unos breves segundos. Ignorando por completo las advertencias de sus compañeros.
El tiempo proporcionado por el rubio les dió la oportunidad de seguir subiendo por la escaleras, protegiendo las espaldas de los otros y por supuesto, la de ellos mismos.
—¡Cuidado! —advirtió Thomas al notar cómo más de aquellas criaturas aparecían de cada rincón, como una plaga.
Teresa y Thomas quedaron rodeados en las escaleras de imprevisto, y tras unos segundos de no saber qué hacer, la chica no dudó en golpear a uno de ellos con su linterna. Para luego Thomas lanzar al otro sujeto al pie de las escaleras con su pierna, mostrando lo bien que trabajaban juntos. Los chicos no dudaron en bajar y seguir su recorrido junto al grupo, quienes se veían obligados a detenerse en algunas ocasiones para defenderse contra alguna de esas criaturas.