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Pasaron toda la tarde en la oficina de Harry, con un Louis muy mimoso que solo quería besos, caricias y abrazos de su alfa.

A Harry se le hizo un poco extraño el comportamiento de su omega, pero no dudo en darle lo que quería. Louis siempre se sonrojaba y le daba vergüenza pedir un beso, pero hoy estaba muy inquieto y su olor comenzaba a notarse aún más.

Eran las 6:00pm, cuando empezó.

Harry tenía a un Louis entretenido olisqueando su cuello, un poco más tranquilo después de una larga sesión de besos; mientras Harry tecleaba algunos informes en la computadora.

Sintió como Louis se removia en su regazo y soltaba un gemidito.

—¿Qué pasa, amor?—preguntó el alfa sin mirarlo.

—Alfa, tengo calor—dijo bajito, restregando su rostro en el cuello de Harry.

Harry sintió a su alfa removerse inquieto, le pedía que atendiera a su omega. Así que miró a Louis, quien tenía un poco de sudor en la frente y mordía su labio inferior.

El aroma del omega lo golpeó y casi gimió de lo delicioso que era, tan dulce e intenso,  aspiró todo lo que pudo y gruñó roncamente.

—A-alfa, m-me duele—jadeó Louis tratando de inhalar el aroma de Harry.

Y lo supó, Louis estaba en celo.

Harry estaba en una especie de trance, su omega estaba entrando en celo, en su oficina.

Debía llevarlo a su casa, no quería que su alfa se alterará y anudara al omega ahí mismo.

—Alfa—llamó el omega alargando la última "a", Harry lo miró con preocupación saliendo de su trance.

—Tranquilo, amor, te llevare a tu casa—el alfa se levantó cargando al omega en estilo nupcial.

—N-no, n-no hay na-die en mi casa—dijo Louis tembloroso, unos espasmos y leves olas de calor anticipando su celo, recorrían su cuerpo.

Harry recordó vagamente una charla que había tenido con Nilsa, donde ella le hablaba sobre un viaje con sus padres en estos días. Mierda, habían dejado solo a Louis cerca de su celo.

—Esta bien, te llevare a mi casa, Lou, ¿eso esta bien para ti?

El omega solo asintió cerrando los ojos, el dolor no era tan fuerte ahora mismo.

Harry tomó sus llaves y celular, y salió de la oficina con Louis en sus brazos, algunos empleados que pasaban por ahí, lo miraban extrañado, pero con un gruñido del alfa apartaban sus miradas curiosas.

Al llegar al auto, Harry aseguró a Louis en el asiento de copiloto y él subió a su lado, encendiendo el motor y dirigiéndose a su casa lo más rápido posible, pues el omega había empezado a lloriquear y su dulce aroma alteraba al alfa.

Estacionó frente a la fachada de la mansión y salió del auto rápidamente, sacando a Louis y cargandolo de nuevo. Una vez dentro de la casa, Harry llevó al omega a una habitación de huéspedes, lo colocó suavemente sobre la cama y Louis soltó un jadeo lastimero.

—Harry, a-ayudame, p-por fa-favor, alfa—el omega gimió tomando la camisa del alfa en sus puñitos.

—No puedo hacer eso, amor—dijo controlando lo mejor posible a su alfa, que rasguñaba en su pecho—Pero te voy a cuidar, vas a estar bien.

Harry dejó un besito en la frente de Louis, y este lloriqueo cuando una ola de calor lo atravesó y el lubricante comenzó a salir.

—N-no, Hazz, por f-avor, ayúdame.

—No puedo, Lou—Harry acarició las mejillas calientes y rosadas de Louis, quitando pequeños rastros de lágrimas.

—¿Por qué no, alfa? ¿No me quieres?—el omega comenzó a llorar y Harry sintió una gran opresión en el pecho.

—Claro que te quiero, mi amor, pero no puedo aprovecharme de ti en este estado—trato de explicarle, pero el omega solo negó con la cabeza.

—No te aprovechas de mi, Hazz, quiero que lo hagas, te necesito—eso descolocó un poco al alfa, ya se hubiera lanzado a anudar al omega si no tuviera tanto autocontrol, aunque ver a Louis en ese estado y sentir sus feromonas llamándolo, lo estaban haciendo perder la cordura.

—Lou, necesito que me escuches y entiendas, no estas en tus cinco sentidos ahora, no sabes lo que dices, y aún eres menor de edad, no podría hacerlo aunque quisiera, bebé.

Harry dejó un último beso en su frente, y salió de la habitación, sintiendo un dolor en su pecho al escuchar los gritos, lloriqueos y súplicas de su omega, pero no podía seguir en esa habitación junto a Louis, su fuerte aroma a celo lo estaba mareando y haciendo perder la cordura poco a poco.

El alfa fue a su habitación secando el sudor de su frente y buscó algo de ropa más comoda para prestarle a Louis, cuando sintió una fuerte ola de calor recorrer su cuerpo, su lobo estaba más inquieto que antes y su aroma se hacía más amargo.

Mierda, él también estaba entrando en celo.

It's enough to make a boy blush 》LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora