O N E S H O T S {Ateez}

S E O N G H W A

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Seonghwa era bastante alegre. Serio cuando el momento lo requería, pero no todo el tiempo. Era bastante centrado, excepto cuando se encontraba con sus amigos después de estar con sus familiares todo un fin de semana. Le gustaba pasar tiempo con sus amigos. Eran su lugar seguro. Y, además, le gustaba pasar tiempo con los hermanos de ellos. A veces, Yunho y Wooyoung invitaban a sus hermanos, porque debían cuidarlos o porque ellos les pedían ir. Los niños adoraban a los amigos de sus hermanos. La única que no iba era la hermana de Yeosang: al ser mayor que él, no quería salir con su hermano y sus amigos. Pero Seonghwa la conocía. Se llevaban solo un par de meses de diferencia. Él era mayor.

Leyó el mensaje de Yeosang, diciendo en el chat grupal que su hermana iría con ellos, porque había escuchado que Wooyoung llevaría a Kyungmin, y quería verlo. Seonghwa suspiró. No iba porque quisiera pasar tiempo con ellos, sino porque quería ver al hermanito de Wooyoung. Tenía sentido, Kyungmin era adorable.

―¡Mamá, saldré con los chicos!― exclamó, poniéndose la remera.
―¿Adónde irán?― preguntó ella, desde el baño.
―Probablemente al parque. Wooyoung lleva a Kyungmin.
―Bien. No vuelvas tarde.
―Claro que no.

Se peinó y salió de su habitación, guardando su celular en el bolsillo. Saludó a su madre, dirigiéndose a la puerta, y buscó con la mirada a su hermano. No estaba por ningún lugar. Levantó los hombros y salió, dirigiéndose al parque, donde se encontraría con Wooyoung y Kyungmin.

«»

Cuando Kyungmin lo vio, salió corriendo a abrazar a su Hyung, que estaba a diez pasos. Wooyoung giró y vio cómo Seonghwa alzaba en brazos a su hermano, diciéndole algo, sonriendo. Cuando llegaron con él, vio que Kyungmin se guardaba algo en el bolsillo, una golosina que tenía envoltorio brillante.

―Espero que no le hayas pedido ningún chocolate a Seonghwa-hyung― dijo, levantando una ceja. Seonghwa sacó un chocolate de su bolsillo y le dio a Wooyoung―. Gracias.
―Para que no pelees a Kyungmin― sonrió él.

Wooyoung sonrió, guardando el chocolate. Se dirigieron al parque, donde Yeosang estaba con Hyeon, su hermana. Seonghwa iba escuchando a Kyungmin, que le contaba sobre su día en la escuela.

Cuando llegaron Kyungmin saludó con un abrazo a Yeosang y a Hyeon, a ambos. Yeosang abrazó a Wooyoung, mientras Seonghwa hacía una pequeña reverencia a Hyeon, tímido de repente.

―Noona, Hyung me dio un chocolate― contó Kyungmin, caminando al lado de ella. Hyeon miró a Seonghwa un momento, y luego sonrió.
―¿O sea, que ahora lo quieres más a él que a mí?― preguntó―. Sabes que yo no cargo con dulces.
―Los quiero a ambos. Pero te estaba contando.
―¿Y yo?― dijo Wooyoung. Kyungmin le sacó la lengua y corrió a los juegos―. Ya no me quiere, es obvio.
―Tendrás que darle chocolates― dijo Hyeon. Seonghwa la miró. Ella se acercó a Kyungmin, como huyendo de los ojos de Seonghwa.
―Hermano, casi la matas con la mirada― comentó Yeosang. Él negó―. ¿Cómo que no? Literalmente huyó de tu mirada, conmigo no lo hace.
―Porque tú eres demasiado tierno para verte amenazante― Seonghwa lo despeinó―, entonces no funciona.

Wooyoung se rió, mientras caminaban a sentarse cerca de los juegos, para ver al hermanito de Wooyoung, y a la hermana de Yeosang.
Mientras hablaban, Seonghwa no le quitaba los ojos de encima a Hyeon, aunque escuchaba a sus amigos hablar.

«»

Seonghwa entró al lugar repleto de personas, con el celular en la mano, buscando con la mirada a Hongjoong, y buscando a personas conocidas al mismo tiempo. Pasó por la barra y escuchó a Hyeon pedir una margarita, lo que le hizo girar la cabeza. Tenía una remera corta, con una falda negra. Sonrió y siguió su camino hacia su amigo, luego de verlo hablando con una chica.

―Hola― saludó, sonriendo. Hongjoong asintió con la cabeza―. ¿Ya pidieron algo para tomar?
―Sí― la chica apenas lo miró, levantando el vaso. Hongjoong hizo lo mismo.
―Iré a pedir algo.
―Claro― Hongjoong asintió, mirándolo al fin.

Seonghwa apretó los labios y se dirigió a la barra, viendo un lugar libre al lado de Hyeon. Respiró hondo, apretando los puños, y se sentó al lado de ella, sin mirarla.

―¿Qué vas a pedir, niño?― preguntó el hombre del otro lado. Seonghwa suspiró, pensando.
―Un sex on the beach, por favor― dijo, sonriendo.

El otro hombre asintió y se puso a preparar su bebida, concentrado.

―Ya no saludas, ¿verdad?― dijo Hyeon. Seonghwa giró la cabeza, viendo que ella sonreía―. Te ves tenso. ¿Pasó algo?
―Nada importante― negó él, mirando hacia adelante. Vio que un chico le dejaba un vaso en frente a Hyeon, que no era un margarita―. Ella no pidió eso.
―Claro que sí― dijo el chico, frunciendo el ceño. Seonghwa suspiró, viendo que la bebida parecía tener burbujas.
―Pedí un margarita― dijo Hyeon, luego de darle un vistazo a su bebida.

El chico puso los ojos en blanco y empezó a preparar la bebida de Hyeon, murmurando algo. El hombre que atendió a Seonghwa dejó la bebida frente a él, luego Seonghwa le pagó. Giró la cabeza, buscando a Hongjoong, pero vio que estaba ocupado con su novia. Suspiró, volviendo a mirar a Hyeon. Ella esperaba su trago, con su mano sosteniendo su barbilla, como molesta.

―¿Y tus amigas?― preguntó, llevado por la curiosidad. Ella lo miró de reojo.
―Con sus novios. Íbamos a juntarnos aquí, pero cancelaron en cuanto pedí mi trago― dijo, sentándose derecha―. Ya estaba aquí, y había pedido algo para tomar, así que decidí quedarme. No pierdo nada.
―Nada más que tiempo, y dinero. Cosas que recuperas luego, ¿no?

Seonghwa tomó de su trago, levantando un hombro. Hyeon volvió a mirarlo, de la misma manera que él la había mirado un par de días atrás en el parque.

―Seonghwa, que te quede claro: me quedé para divertirme. No arruines mi diversión, ¿quieres?― dijo ella, molesta. Seonghwa asintió, parándose.
―Vamos a divertirnos, ¿quieres?

Ella movió la cabeza, frunciendo el ceño, sin entender lo que quería decir. Seonghwa agarró su trago, que estaba en un vaso descartable, y le dio la mano. Hyeon agarró su trago, también, y luego se dirigieron a la salida, sin separar sus manos.

―¿Y adónde piensas ir?― preguntó ella. Seonghwa levantó los hombros, saliendo.
―Iría a mi casa, pero están mis padres, y no quiero verlos. ¿Te parece ir a otro club?
―O a un karaoke.
―Me parece buena idea. Vamos― sonrió Seonghwa.

Hyeon también sonrió, mientras se dirigían al karaoke que estaba a un par de cuadras del club de donde habían salido. Hyeon iba mirando al amigo de su hermano, en silencio, mientras él le enviaba un mensaje a Hongjoong, diciéndole que tuvo que irse a su casa. Quería hablar de muchas cosas con él. Pero no podía.

―Creo que deberías... superarlo― dijo ella, mientras entraban al karaoke. Él la miró, confundido.
―¿El qué?― dijo.
―Hola, ¿en qué puedo ayudarlos?― dijo una chica, sonriendo.

Seonghwa pidió una sala para ambos, mientras Hyeon sentía que su corazón se aceleraba. Ambos debían soltarlo de una vez. La chica los guió y, una vez estuvieron solos en la sala, Seonghwa buscó una canción. Sabía de lo que Hyeon hablaba, pero quería pasar un momento sin pensar en eso, solo uno. Ese día se repetía continuamente en su cabeza, y si no se mantenía ocupado, se iba a volver loco.

―Seonghwa, terminamos hace tres meses― susurró Hyeon, sin mirarlo. Lo escuchó suspirar, como derrotado.
―Lo sé. Pero no puedes negarme una canción― dijo, en su tono habitual, contento y burbujeante de alegría. Hyeon cerró los ojos, conteniendo las lágrimas.
―Seonghwa, ya no estás. No puedo seguir así. Te amo, y lo sabes, pero... no es sano para mí, ni para los chicos.

Cuando abrió los ojos, Seonghwa no estaba. Ni su presencia, ni su olor. Se le escapó un sollozo, y se abrazó las rodillas, recordando la última vez que lo vio. Contento y burbujeante de alegría, sin nada que lo preocupara, más que salir con sus amigos. Las lágrimas florecieron en sus ojos, sin que ella pudiera hacer mucho, pero las dejó. Necesitaba liberarse. Perderlo había sido demasiado para todos, más para ella, pero intentaba continuar con su vida, como si Seonghwa solo se hubiera ido a otro país a estudiar, como decía que iba a hacer en el futuro, ambos juntos.