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—No cambio nada — comentó la pelinegra refiriéndose al barrio.
A petición e invitación del futbolista, la pareja había salido a caminar a un pequeño parque cerca de la casa que tenía el futbolista en Argentina.
Había pasado un día desde la celebración de los campeones del mundo y ninguno de los dos había mencionado el tema del beso pasado.
Afortunadamente para ambos jóvenes la situación entre comportamiento y relación no se había tornado incómoda ni mucho menos.
Si bien, el sentimiento de ambos era recíproco no encontraban las palabras para comenzar a relatar y expresar sus sentimientos con claridad.
Tantos años que convivieron juntos desde 2014 y ahora parecían una pareja de adolescentes inexpertos.
Enzo dejo su equipo de mate en la pequeña mesa de cemento que se encontraba en el lugar en este parque había cerca una pequeña cancha de barrio pues la actual casa de Enzo quedaba a muy pocas cuadras de la antigua vivienda en donde había crecido.
— Mirá lo que encontré en la casa — Enzo sacó de su mochila una pequeña caja que,al abrirla Romina pudo divisar algunas fotos.
Enzo tenía reveladas todas las fotos que se habían sacado durante su adolescencia — sabes que soy bastante descuidado con el celular, así que las quería tener en físico por las dudas.
Romina sonrió maravillada sentandose a su lado para que pudieran apreciar las fotos juntos.
Una pequeña risa inundó el silencio proveniente de la pelinegra— Como te vas a hacer el tatuaje con tu mano izquierda Enzo.
El sonrió ante la burla de la foto que le había sacado un amigo — no quedó tan mal...— comentó mostrando su muñeca.
Ella sonrió divertida abrazando el brazo del chico mientras descansaba su cabeza en su hombro no sin antes dejar un caso beso en su cachete para seguir viendo las fotos.
