ANGELES POR TODAS PARTES

49 8 0
                                    


—Quédate un rato más—suplico poniendo su cabeza en mi hombro.

Podía sentir su cálido aliento, era increíblemente agradable, no olía feo o tenia indicios de...como muchos hombres con los que he dormido...

      —Exepto...

¿no eras tú la que quería esto?

      —Yo quería que te enamoraras de él o que tuvieras sexo para que el clímax te hiciera recapacitar y te dieras cuenta que es lo que quieres y antes que intervengas lo que necesitas, no que le hicieras creer que te gusta y duermas con el sin ni siquiera HABERLE DADO UN BESSSOOOO.

—¿Ese silencio es porque me vas a decir que sí? —pregunto con una linda sonrisa.

—No es porque...

Giro su cabeza como ese típico gesto de curiosidad.

—¿Por qué? —continúo diciendo para ponerse encima de mí.

Era agradable, aunque era como 80 mil veces mas grande que yo era muy muy muy delicado poniendo su peso sobre mí.

      —Quien te oyera diría que te gusta o algo parecido.

Quien te oyera aseguraría que necesito una lobotomía.

—Noo—conteste delicadamente, viendo como la sonrisa amplia y casi dorada se volvía una línea recta en su rostro que llevaba algunos días sin afeitar...

      —¿POR QUE HABLAS COMO SI FUERA UNA NOVELA DE SEXO DEL 2010?

—Pero te espero a que termines de bañarte, te invito a desayunar a marbella y luego nos vamos a mi casa.

Eso pareció no disgustarle mucho.

       —O sea que le gusto.

O sea que no tienes que ser tan desagradable en todo momento.

—¿A tu casa? —indago con una sonrisa diabólica arrodillándose alrededor de mis piernas.

—Si, llevo un fin de semana completo aquí, es hora de que al menos conozcas mi casita.

Soltó una pequeña carcajada que me saco de lugar, entonces me pare para ir al baño y hacer drama por si acaso no lo habían notado.

—No que pasa ¿A dónde vas? —pregunto jalándome suavemente del brazo para dejarme muy cerca de él.

—No quieres conocer mi casita—le dije mirándolo con ojitos chiquititos y un tono que mi yo de em...ahora, se mataría.

Pero esa voz tenia un efecto en el que ni tocar durmiendo mis tetas le causaba.

Realmente lo volvía loco.

—No claro que si—me pego contra su pecho—claro que, si quiero, es que eres tan tierna que a veces no te puedo tomar en serio.

Le torcí los ojos y me separé.

—Cuando te vuelva a ganar en Japón no vas a pensar lo mismo.

Su expresión paso de desdén a confusión en un segundo.

—¿Japón? ¿Por qué vas a ir a Japón?

—Porque hay un premio allá, oye yo soy la que...

Ahora si como dicen de donde soy se cago de la risa enfrente mío, tanto que se tuvo que sentar en el pie de cama.

—¿Cómo que Japón?

—¿Cómo que como?

—¿No te llego la actualización de gossip girl?

F1 Blue? Red? or maybe purpleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora