CAPÍTULO II - PARTE II

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La cena en la casa de su amigo era realmente magnífica, la señora de la casa preparaba unos platillos para morirse, a diferencia de su propia madre que no podía preparar algo decente por más empeño qué le ponga a la comida; no era desagradecido, era de su conocimiento que otros niños matatian por lo que él tenía.

Una pregunta llegó a su cabeza mientras degustaba la comida. ¿Su madre hizo brujería para casarse? Había escuchado que exitian mujeres que recurrían a la ayuda de entes demoníacos para lograr quedarse con sus amores no correspondidos o imposibles, seguramente sonaría como una completa locura si lo decía en voz alta, pero tenia sus sospechas.

—_____, ¿tienes más hambre? Puedo servirte un poco más si gustas.

El rubio levantó la mirada de su plato sintiendo un ligero sabor metalico en la boca, estuvo mordiendo el tenedor causandole una pequeña herida. Se disculpó por su actuar con la señora de la casa, aseguró que estaba más que satisfecho con la ración servida; se levantó de la mesa y fue a la cocina para lavar su plato, al poco tiempo le siguió Alastor con una sonrisa socarrona.

—Se nota que tienes más hambre, princeso, estabas babeando.

La exageración le sacó un par de risas, despeino al más joven antes de volver al comedor y recibir un ademán de su madre para que fuera por sus cosas, después de todo se hacia tarde y su hogar no era de lo más cercano.

Subió las escaleras y metió todas hojas y colores desparramados en el suelo en su mochila, le dio un último vistazo a la habitación y al cruzar la puerta se encontró con el menor. No pudo resistir, le dio un abrazo de oso a Alastor con todas sus fuerzas, el mencionado se quejó por el contacto y empujó al mayor para apartarlo.

—No voy a desaparecer, no te pegues a mí como garrapata.

—Trata de ser amable, aún si no te agrada la persona, te abrirá muchas puertas si lo aplicas con las personas correctas.

—¿De qué hablas? Te conozco, _____, dime que hiciste ahora.

—Sonríe, no quiero que vayas desnudo por las calles como acostumbras, me pondría celoso.

—_____, no tengo la paciencia para aguantar tus chistes.

—Me llevará a Nueva York en la madrugada, madre no lo sabe y de todas formas no podrá detenerlo.

La nueva información tardó en ser procesada, el forcejeo se detuvo y cambió de objetivo para obligar al rubio a mirarlo, no le creía, no podía ser cierto.

—Es mentira.

—Su matrimonio nunca fue el mejor, él siempre me prefirió a mi, no tenerme en su nueva vida sería un aparente error.

—No iras al otro lado del pais solo por ser su favorito, escapa —exigió el menor.

—¡_____! ¿Ya estás listo? Debemos irnos.

La mirada de Alastor siguió insistente a la petición, el rubio suspiró y preparado para escapar le plantó un beso en los labios al castaño antes de correr escaleras abajo. Pudo voltear, pero, mientras más rapido se fuera de ese lugar menor sería el dolor que se alojaba en su pecho, el dolor del primer amor, esperaba que su mente infantil olvidara la incertidumbre de no saber si fue correspondido o rechazado.

Su madre lo ayudó a subir al auto y con el motor en funcionamiento trató de ignorar los gritos de su amigo, volteó la cabeza ligeramente encontrándose con el rostro molesto del chico que se hacía más lejano. Sinceramente duda poder verlo de nuevo, pero esperaba que todo fuera mejor de esa forma...

 Sinceramente duda poder verlo de nuevo, pero esperaba que todo fuera mejor de esa forma

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Alexitimia ( Hazbin Hotel × Male reader ) CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora