2. El amor es una pirámide.

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–Quackity, quackity– una voz lejana lo estaba tocando, podía oler un edor desagradable en el lugar y finalmente abrió los ojos para responder –¿Escuchaste algo de lo que dije?

Su voz era grave, especialmente amigable, era alto y tenía el cabello un rubio muy blanquecino, sus ojos eran un morado gris y le estaba sonriendo, tenía unos dientes afilados y yacía parado en frente suyo –Esa camiseta te queda bien, deberías quedartela.

–...¿eh?– Miró a su cuerpo, viendo el estampado de la camiseta oscura, era de Nirvana, la banda favorita de rubius.

La favorita de rubius.

Quackity, ¿estas bien?– preguntó.

–No recuerdo...lo que estábamos diciendo– se sentía mareado, se agarró la frente acariciandola luchando por saber siquiera que hora era, lo único que podía ver era la cama de su antigua habitación y la ventana tenía rayos de sol lejanos, como si estuviera desvaneciendose –Me siento mal.

–¿Te están dando mareos de embarazo?– sintió su mano fría tocar su mejilla, pero no se alejó incluso si tuvo el presentimiento de querer irse.

–Yo...– volteó a su cuerpo una vez más, viendo su abdomen hinchado, solo pudo recordar la risa aterradora de rubius mientras se cubría la boca, quackity se golpeó la cabeza hiperventilando, el lugar se oscurecía y apenas podía escuchar el llanto de un bebé en puro dolor.

–¡QUACKITY!– despertó de aquella penosa pesadilla, abrió los ojos con pánico tratando de levantarse mientras Charlie le sujetaba los brazos –Estoy aquí, estas aquí, estas bien

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–¡QUACKITY!– despertó de aquella penosa pesadilla, abrió los ojos con pánico tratando de levantarse mientras Charlie le sujetaba los brazos –Estoy aquí, estas aquí, estas bien.

Le tomó tiempo volver a respirar de forma que no fuera escandalosa, alguna gente le veía con impresión, no siempre ves a alguien tener un ataque de pánico, quackity se agarraba fuerte de los brazos mientras Charlie le daba su momento sin tocarle –Perdón– se cubrió el rostro avergonzado –Perdón.

–Está bien, mira, todo está bien– repitió con voz dulce, tomando el patito y dandoselo en las manos –El tren ya volvió a partir, todo estará bien.

No supo cuanto había dormido, apretando al pequeño juguete comenzó a ponerse ansioso, por ello, recordó algo importante.

Usando sus manos, contaba hasta tres guardando la respiración "1, 2, 3" que sería "Inhalar, mantener, exhalar" hasta que se calmara.

Lo hizo durante unos minutos antes de finalmente volver a tener los pies en el suelo –Gracias, Charlie, normalmente hago esto sólo, pero acompañado me gusta más.

Sonrió –¿Cuando llegaremos?

–En 10 minutos, eso creo.

–Ups, no he respondido los millones de mensajes de Jschlatt– río al sacar su teléfono –Son muchos.

ⁱ ᵈⁱᵈ ⁱᵗ ᶠᵒʳ ˡᵒᵛᵉ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora