3. La vida es igual al dolor.

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Mariana no es nombre de niña?– estaban sentados en unas bancas al rededor de un parque lejano de la ciudad, pero tenía lindas flores.

–Claro que nooo, es unisex– quiso decir –¿Quieres un poco?

Agarró la cajita feliz, y a su par sacó una hamburguesa mediana de la bolsa de papel. Las puso entre la distancia de la banqueta, roier sonrió tomando de la bolsa unas cuantas papas fritas –Nah, yo mejor comeré estas.

–¡Pero esas no te las invite!

–A mi qué.

Sorprendentemente roier era tan ingenuo para confiar en un extraño, pero estaba lo suficientemente feliz al no sentirse solo en aquel momento, sabía que no podía reemplazar a spreen y no quería hacerlo, pero el sin cesar sentimiento de abandono seguía pegado a su pecho como un gusano come galletas solo que la comida era su propio corazón. Mascó de las papas fritas subiendo las piernas a la banca y sentándose con la barbilla apoyada en sus rodillas.

–Te ves deprimido– musito Mariana.

No quería contarle a un extraño sus problemas.

–Mi novio es de Argentina así que nunca nos vemos, últimamente he perdido contacto de su vida y cada vez siento que me echa a un lado, a veces me pregunto sí me engaña con su amigo o algo así, me siento solo, no tengo más amigos que no sean Quackity y Luzu, lo peor es que son pareja, una pareja tan dulce que me dan arcadas, pero no les digas eso– gruñó.

El ambiente se volvió tenso, un silencio se apoderó de sus bocas y apenas había podido decir algo por la vergüenza, sus mejillas se resaltaron rojas con una timidez entre sus ojos, se escondió entre las rodillas abrazandolas en el acto y dejando salir un bufido.

–¿Tu novio es un alfa?– preguntó.

–...sí.

–Pff, por supuesto que es tan hijo de perra, odio a los alfa, se creen perfectos, guapos, y con pene grande, el último alfa con el que hablé también fue lo mismo– bufó –Te entiendo perfectamente.

Sus ojos brillaron por un segundo, escondió el rubor genuino de sus mejillas y su sonrisa boba que le apareció cuando escuchó a Mariana decir aquello. Porque por primera vez; se sentía acompañado.

Pero no le gustaba sentir que spreen era malo.

Sólo quería sentir que le entendían.

–Gracias, pero no creo que Spreen sea malo, es que odio estar solo– susurró –Pero sé que es su vida, no puedo estar pegado a él al teléfono 24/7

–Incluso así, las relaciones no funcionan sí guardas lo que sientes, trata de decírselo algún día y todo se arreglará, sí ese imbécil sabe de sentido común claro– río.

–Gracias.

–¿Pero y eso que crees que te engaña con un amigo?– mascó la hamburguesa, poniendo toda su atención en el castaño acurrucadito.

–Tiene un mejor amigo que se llama carre, sé que son muy unidos y a menudo él me comenta que carre es hetero y no sé qué mierda, pero cada vez, que prefiere estar con él que conmigo me da una ira tremenda, es mi novio, no el de carre, ¿por qué se siente tan mal sentirse enojado?– se mordió la uña de la mano.

Mariana flectó las cejas, sintiendo lastima por el jóven, tomó una de sus manos viendole fijamente por un rato –Es normal.

Roier sintió su corazón latir fuerte, Mariana se acercaba a su rostro lentamente acariciandole la mano, estaba apunto de golpearle, ¿por qué le tuvo tanta confianza? Pero; una parte de él todavía deseaba, todavía deseaba que alguien más le besara, ¿por qué exactamente? Iba a cerrar los ojos inconscientemente, porque quería que alguien le demostrará que valía algo.

ⁱ ᵈⁱᵈ ⁱᵗ ᶠᵒʳ ˡᵒᵛᵉ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora