Serendipia

Capítulo 4

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Londres, Inglaterra

29 de Agosto del 2024

Melody

Mentiría si dijera que he estado esperando este día durante toda la semana.

Jueves.

Mi nuevo día preferido desde que llegó aquel chico misterioso a mi vida y que increíblemente ha ocupado un gran espacio en mi mente.

—¿Por qué ves tanto la puerta? —Kelly, mi compañera de trabajo, se acerca atrás de la barra, y mira a donde yo estaba mirando, la entrada del café.

—A nadie, todo el día ha estado muy tranquilo la verdad —desvío mi mirada de la puerta y me encojo de hombros tratando de restarle importancia.

—Bien, ya acabado mi turno —Kelly da un ligero golpe a la mesa y sale disparada al lugar donde te cambias y checas que has salido a tu hora.

A Kelly siempre la he admirado, como puede con el trabajo, el estudio y las tareas es algo que para mi imaginarlo me es complicado.

Después de unos minutos sale Kelly con una ropa bastante elegante y muy bien peinada.

—¿Y a dónde vas tú? —alzo las cejas y me doy un escaneo ya que, si, tengo un ligero bi panic con esta mujer. Kelly se acerca a la barra con una sonrisa misteriosa.

—Digamos que me han invitado a una fiesta privada donde varios famosos se presentan —ruedo los ojos y ella me ve indignada—, oye se que los famosos te disgustan pero la que va a ir soy yo.

Si, odio a los famosos, no es algo nuevo.

—Esta bien, espero que te diviertas —le guiño el ojo tratando de no mostrar una mueca-, y además no me disgustan, es solo que ellos solo por ser famosos se creen la gran cosa.

—Ignorare tu último discurso e iré al grano, espero que vaya el famoso que está en gran tendencia y poder tener sexo hoy —suelta un chillido y salta de emoción.

—Y vamos con eso —hablo divertida mientras le cobro a una pareja. Kelly hace un baile y victoria, luego me lanza un beso con su mano y sale por la puerta.

Y se que, cuando Kelly siempre acaba su turno y justamente cuando yo me quedo sola en la barra encargandome del resto del día entra el chico misterioso.

Me dedico ha atender a algunos clientes hasta que, media hora después la puerta de la entrada suena y veo al gran esperado chico misterioso entrar por ella con aire misterioso e ir a su típica mesa alejada, trato de no mostrar una pequeña sonrisa.

Doy un suspiro de nerviosismo y me dirijo a dónde está sentado. Cuando llego el me regala una sonrisa y yo saco mi pequeña libreta y el bolígrafo.

—Hola melody —hago una mueca.

—Me gustaba más mesera despistada, odio mi nombre —arrugo mi nariz.

—Un hola estaría bien.

—Hola, chico misterioso —el chico frunze el ceño ante mi apodo.

—Prefiero más mi nombre.

—No me lo has dicho.

—Y no te lo diré —el se baja los lentes al puente de la nariz y me guiña el ojo para luego volverse a subir rápido sus lentes.

Niego con una sonrisa y me dirijo atras de la barra preparo algunas cosas que me han pedido y el latte de vainilla con una rebanada de pastel.

Les doy el pedido a una familia y a una pareja acaramelada en la esquina.

Les tengo envidia.

Y al final le dejo el latte y la rebanada en la mesa y yo me siento enfrente de el mientras me acuesto en la mesa.

—¿Cansada? —escucho que me habla y yo solo asiento.

—A veces me arto de estar en la cafetería —le confieso en voz baja.

Si, la cafetería es mi lugar seguro pero hay veces que necesitas hasta un descanso de ello.

—¿Cuánto llevas trabajando en este lugar?

—Ya te lo he dicho, desde que me mudé a....

—¿Desde hace cuánto?

—Tres años —el peso de la realidad cae en mi cuando menciono cómo sigo estancada en el mismo lugar desde que me mudé—, pero no quiero hablar de eso. Solo necesito salir de mi zona de confort.

—¿A qué horas cierras el lugar?

—Despues de las ocho ¿Por qué?

—Por nada —el me muestra su típica sonrisa de lado para tomar de su café.

Un señor entra por la puerta y me levanto dándole una última mirada al chico misterioso, y después de media hora sigo mi jornada de atender a los clientes.

Cuando el chico misterioso viene solo hablamos y luego de media hora el se va.

Pero hoy fue diferente, el se quedó hasta que cerré la última cortina del local.

Ahora yo me encuentro con una malla deportiva y mi sudadera extra grande.
No me jusgen del local voy para mí departamento y ahí me acuesto junto con mi gato a ver películas. Algo muy cómodo por cierto.

Al salir del local me encuentro con el castaño, frunzo el ceño.

—¿Por qué... —voy a preguntar pero el se me adelanta hablando.

—Ven conmigo —el empieza a caminar pero al ver que no lo sigue se voltea hacia mi.

—¿Por qué? —pregunto.

—¿No querías salir de tu zona de confort? —despues de pensarlo asiento y corro hacia donde está y empezamos a caminar hasta que llegamos a un carro bastante lujoso. No les puedo decir exactamente que carro era pero se que un caballo dorado adornaba la parte de enfrente.

—Mierda, ¿Ese es tu carro? —lo señaló y el solo abre la puerta del copiloto para que yo entre— ¿Trabajas en la mafia?

El solo suelta una carcajada que hace que se me contagie.

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Hola a todos, ¿Cómo están? Espero que bien

Pues he aquí un nuevo capítulo, es un capítulo corto pero le puse todo mi esfuerzo, espero que les haya gustado.

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Se les quiere

-Sam
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