Capítulo 17

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1 de septiembre del 2024
Londres, Inglaterra.

Melody

Pensé que el primer día de la universidad sería bonito, no, no lo era. Perderme entre los pasillos tratando de buscar en donde se ubican las secretarias no estaba en mis planes.

Después de recorrer media universidad sonrío con satisfacción al encontrar a Christine en su escritorio. Me arreglo mi cabello acercandome más a donde se ubicana Christine.

—Hola —sonrío sobresaltándola.

—Oh cielo, me asustaste —ella se sujeta el pecho mientras yo la miro sonriendo, pero la cara de Christine cambia a una preocupada al ver mis ojeras gigantes—, ¿No has estado durmiendo bien?

Bueno, cómo le explico que hace una semana no hablo con nadie que no sea Zira y no he dormido bien porque me la paso llorando en la madrugada.

—Los nervios —murmuro encogiendome de hombros, ella me sonríe y saca algo de un cajón que tiene al costado.

—Toma —me pasa una pastillita blanca, yo la agarro frunciendo el ceño, ella al ver que me quede viendo la pastillita vuelve a hablar—: es para que no te quedes dormida en tus clases.

—Gracias, por cierto ¿De casualidad no te dieron los horarios? —murmuro nerviosa, había olvidado que hace un día tenía que recoger mi horario de clase, pero como siempre termino haciendo todo a último momento.

Tambien digamos que no había salido del apartamento para nada, así que me aislé de todos y me quedé consumida por mis pensamientos.

—Toma querida, lo he apartado para ti —Christine me saca de mis pensamientos poniendo un horario en su escritorio.

Me dispongo a leer mi horario y abro los ojos soprendida. Hoy tocaba contemporáneo, y voy diez minutos tarde.

Ay no.

—Gracias, ¿De casualidad sabes dónde es contemporáneo? —Christine me mira con una sonrisa y me explica por donde ir y al terminar de explicar le agradezco y salgo corriendo como si mi vida dependiera de ello.

Corro entre los extensos pasillos y al parecer el universo está de mi lado, ya que, encuentro los baños poco antes de llegar a la clase. Entro corriendo a un cubiculo y me pongo rápidamente un leggin y un crop top deportivo. 

Salgo del cubículo y ahora si, corro al salón. Al llegar antes de entrar calmo mi respiración y me arreglo un poco el cabello, nerviosa.

Me adentro al salón y todos los que se encontraban ahí me miran se voltean a verme, estaban en medio del calentamiento.

—La clase empezó hace quince minutos —un hombre de treinta años se acerca a mi serio, yo trago saliva y miro a otro lado.

Olvidaba lo estrictos que eran con el tiempo.

—Lo siento, me he perdido un poco y...

—Que no se vuelva a repetir —me interrumpe alzando un poco la voz, frunzo mis labios mientras escucho unas risitas en el salón, suspiro y me acerco a una esquina del salón donde dejo mis cosas en un locker.

Me incorporo con los demás y hago el calentamiento siguiendo al profesor.

—De seguro ella es la becada —escucho una voz detrás mía.

Trato de ignorarlo aún escuchando los cuchilleos a mis espaldas. Sigo calentando enfocándome en estirar todo el cuerpo ya que, el contemporáneo también trata de elasticidad.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora