•❯ CAPITULO SEIS

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[ Un cambio de perspectiva puede hacernos encontrar secretos que antes pasaban desapercibidos ]

[ Sentimientos ]

«—Abuelo, despierta.

En la solitaria casa, una voz infantil pedía. Sonaba medio mortificada, como regañando al adulto por quedarse dormido. La pequeña manita de blanca piel llegó hasta el hombro del hombre que estaba recostado en el suelo.

Era un señor mayor, de unos sesenta años, pelo de las cejas, cabeza y bigote de color gris plateado, en el párpado de su ojo derecho había una sutil marca en la piel, huella de que usaba un monóculo para ayudar a la visión de dicho ojo.

A pesar de las suaves sacudidas del niño, el hombre no dio señales de despertar.

El pequeño hizo un mohín, inconforme y volvió a intentarlo:

Abuelito, ya es de día como constancia, señaló con su otra mano a la ventana de la cocina, por la cual se colaban cálidos rayos de sol. Vamos, despierta.

Su abuelo siguió durmiendo.

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—Abuelito, tengo hambre. ¿Puedes prepárame un poco de leche?

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—Abuelito, por favor, no quiero nada. Despierta, por favor.

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—Me siento solo.

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—Estoy triste.

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—Abuelito, no me dejes solo.

Y ahí estuvo el niño, día a día, sin rendirse ni un momento, perseverante hasta el final.

Cuando el hambre atacó su joven estómago, al inicio se sintió incómodo, pero soportó hasta que el dolor en sus intestinos fue tan fuerte como para desear abrirse el abdomen con un cuchillo y sacarlas. Incluso teniendo apenas siete años, el niño estaba consciente de que no se parecía a los demás niños de su edad si por su mente pasaban ese tipo de pensamientos.

Le pidió, rogó a su abuelo tendido en el suelo, durmiendo, que despertase para prepararle al menos un vaso de leche que mitigase aquel dolor.

Nada pasó.

Y el hambre aumentó.

Y el hombre no se movió.

Y los días pasaron.

El niño, a pesar de sus ansias famélicas, dejó un plato de tostadas calientes con mantequilla y un vaso de leche fría junto a su abuelo.

Everything is POSSIBLE. |•| Bungo Stray Dogs - Soukoku |•| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora