No sé cómo llegué al cuarto, pero cuándo desperté estaba en la cama de Frederick. Bueno si sabía.
Bajé y vi a muchas personas platicando con Frederick.
-¡Amor!.- Me vió y me fue a dar un beso.
-¿Q-Qué, es todo esto?
-¿Ellos? Ah, son las personas que te van a ayudar a estar divina hoy.
Me reí por la palabra "divina".
-Está bien, confiaré en ustedes.
-Así que usted es Hannah. Mucho gusto, James nos ha hablado mucho, pero mucho de usted.- Dijo una señorita.
-Yo diría que demasiado.- Agregó un chico.
-Ejem. Bueno, corran.
Me bañé rápido y desayuné. Me empezaron a peinar, después me maquillaron.
-¡Tarán! Mira tu vestido.- Dijo Frederick mostrándome un vestido que claramente no era mío.
Te compró uno, Hannah.
-Ese no es mi vestido.- Dije confundida.
-Ahora lo es. ¿No te gusta?
-Claro que sí. Es hermoso, ¿Lo compraste tú?
-Pues claro, de lo mejor.
-Nunca lo había visto así de enamorado.- Dijo alguien.
-Concuerdo.- Dijo otro chico.
-Bueno, ya. Sigan en lo suyo. Aquí dejo el vestido. Adiós, yo también me tengo que alistar.- Dijo Frederick avergonzado.
Me terminaron de arreglar y me vestí. El vestido era hermoso. Era un azul, no muy claro, pero no muy oscuro. Era perfecto. Tenía pedrería y me encantaba. Se podía ver una parte de la pierna, estaba abierto de ese lado. Y tenía la espalda destapada. Estaba hermoso.
-¿Ya estás....?.- Se quedó embobado.
-¿Lista? Yap. Pero no me mires así que me da vergüenza.
-Es que.... Te ves tan...tan...Hermosa.
Ya lo creo.
Me sonrojé mucho.
-¿Te imaginas el día de nuestra boda? Con tu vestido blanco, y tú velo. Hermosa te verás.
Muy pronto ¿no? Que más da. Cásate de una vez.
-Frederick, vas muy rápido.
-Para nada. Yo haría todo contigo. Sea ahora, después o en tres años.
-B-Bueno, vámonos que se nos va a hacer tarde.
-Sí, tienes razón.
Me agarró de la mano y me ayudó a bajar las escaleras.
-Por Dios. Es una belleza.- Dijo una chica.
-Estoy contigo.- Dijo un chico.
A éste último Frederick lo fulminó y yo sólo le dí un beso en la mejilla que lo relajó.
Llegamos a la preparatoria y ahí estaban todos. Mi mamá, mis hermanos, mi mejor amiga e incluso mi papá.
Estaba muy feliz, que incluso no me acordaba el pleito que tuve con mis hermanos.
Max sólo me abrazó y me dijo que lo sentía, que podía volver a casa cuando quisiera.
-Hermanita, estoy muy orgulloso de ti. Todos lo estamos.- Dijo Lucas.
-Gracias.
-¡Hijita! Pensé que estabas muy preocupada por el vestido, lo ví en tu habitación y me preocupe. Pero me dijo Frederick que no pasaba nada. Es un buen chico, cuídalo.
Todos lo sabemos, al parecer Max no.
-Sí, mamá.
Mis hermanos y mi novio se pusieron a hablar y yo estaba con mis papás....Siempre había querido esto. Ver la familia completa, aunque no hubiera una gran felicidad todavía, estaba contenta de tener a mis padres.
-Hija, tenemos que contarte algo tu papá y yo.
-¿Qué pasa?
-Hija...He decidido darle una oportunidad a tu padre. Ahora somos felices, espero tu también lo seas.
-¿Eso es cierto?
Ellos asintieron. Yo iba a llorar, de felicidad y de emoción.
-Gracias, los quiero mucho.- Los abracé a ambos y me abrazaron.
-Nos alegra que estés feliz.- Dijo papá.
Nos quedamos un rato así y me separé.
Fui a hablar con Jasmine y me fui a mi lugar.
Llegó la hora de nombrar a los estudiantes y yo estaba nerviosa.
Llegó mi turno y parecía que un equipo de volleyball acababa de sumar un punto. Todos gritaron, no sabía que le caía bien a tanta gente.
-Estoy muy contenta de graduarme, espero que a todos los que salgan de aquí les vaya muy bien en sus vidas.- Dije frente al micrófono.
Todos volvieron a aplaudir. Me entregaron mi certificado y nos tomaron una foto con el director.
Me avisaron que había una fiesta y yo accedí. Le pregunté a mis hermanos y a Frederick si querían ir, ninguno aceptó. Lucas tenía flojera. Max no quería. Frederick estaría ocupado. Y mis papás...Ni hablar.
-¿Me van a dejar sola?
-Lo sentimos pero no podemos.- Dijo Max.
-Oki James. Oki Lucas. Oki Max.
-Perdóname, si quieres yo te llevo y paso por ti.- Dijo Frederick.
-Sí, gracias.
Nos despedimos y me llevó a la fiesta. Nos dimos unos cuántos besos antes y me bajé de su coche. Me despedí de él con una señal. Él me dijo que me cuidara y se fue.
Estaba tan bien, el problema era que estaba sola. Eran compañeros, pero casi no hablaba con ellos.
-¿Hannah? ¿Qué haces aquí?
¿Y ésta qué?
-¿Bella? Hola, estoy en la fiesta de graduación. ¿Y tú?
No me da buenas vibras.
-Ah, felicidades, yo estoy aquí porque me invitó un amigo.
Me sigues callendo mal.
-Ah, claro.
-Vente, vamos a divertirnos.
Hannah, no. Hannah, no. Hannah...
Dudé un momento, pero al final accedí.
Pasamos un rato bailando. Me dejó sola con un grupo de chicos, y dijo que ya volvía.
-Hola guapa, ¿tienes novio?
Sí, y la verdad no creo que quieras meterte con él.
-Sí.
-¿Y dónde está?¿No lo veo?
-No te importa.
-Oh, claro que me importa, ¿Por qué el novio de una chica tan hermosa, la había dejado aquí? Sola, con muchos chicos al rededor.
Cómo jodes.
-Porque me tiene confianza.
-Mmm. ¿Quieres un poco?
-No.
-Vamos, no seas amargada.
-Si tomo una, ¿Te callas?
No te la tomes...
-Probablemente.
Me tomé una cerveza y no me gustó. Sabía raro, pero se calló y me miró fijamente.
Me empecé a sentir mareada y después....Negro...
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Cuando se Marchiten las Flores
RomanceHannah Miller ha estado enamorada de Frederick James desde la secundaria. Nunca había interactuado tanto con él, hasta que inicia la Universidad. Hannah empezó a relacionarse con Frederick, y empiezan a conocerse, tanto, que ahora es adicta a su amo...