Capítulo 7 - Muerte.

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Narra Naoki.

Ahora... Nos encontrabamos en la finca Kocho en el entierro de Kanae. Shinobu sostenía la mano a Kanao. Junto a los demás pilares, no evitar derramar lágrimas, Mitsuri, aquella amiga que estaba haciendo en mis nuevos entrenamientos, intentaba consolarme mientras que ella contenía su llanto.

Era una noche bonita. Entre todos, pusimos la decoración y unas palabras en su tumba. Dejamos cartas en símbolos de voto, diciendo palabras dedicadas a ella.

Rengoku estuvo siempre presente en su entierro, mientras que Sanemi se la pasó observando desde lejos toda la ceremonia... Hoy, fue un día en que parte del sol se apagó. Apartir de ese día, nada era igual; Todo se volvió un poco sin color, pero aún así, entre todos intentaban darse ánimos para seguir adelante en esta importante y noble misión, o bueno, eso era lo que el patrón nos decía para que no nos dejaramos llevar de la tristeza.

Seguían pasando las semanas, todo era diferente, incluso Shinobu cambió. Jamás se le vió molesta, de hecho, empezó a tener una sonrisa de amabilidad en su rostro.

Mis entrenamientos no se detuvieron, y por lo ocurrido con Kanae, se me encargó una Katana, la cual tenía que aprender a usar alguna de las respiraciones de los pilares a los cuales tenía por maestros...

Ninguna de las respiraciones las podía manejar, incluso intenté practicar la respiración que utilizaba Kanae, pero no me servía. Mi Katana presentaba un color entre verde y negro. A lo que recordaba que el herrero que la hizo para mi me dijo que muchas veces la Katana tomaba el color de la respiración más adecuada para blandirla.

Con cada pilar que tenía entrenamiento. Ninguna servía, la última que quedaba era que Sanemi o el señor Rengoku pudieran enseñarme... Pero no le veía muy amenudo ya que ambos se la pasaban en misiones.

Terminé los entrenamientos con Mitsuri, incluso descubrí que soy buena para sus calentamientos y muy elástica. Y ella me recomendó que apenas descubriera la respiración, la derivara a otra, así como su respiración.

2 Meses con Iguro... Él si era muy hostíl conmigo, casi no le gustaba hablar, sentía que el estaba más por su obligación (y porque Mitsuri lo convenció) que por querer hacerlo.

A ese tiempo, pasé a Tokito... Era un niño, literalmente pero demasiado fuerte, hizo sin pensarlo lo mismo que Sanemi hizo conmigo en los primeros entrenamientos, hasta que pude repeler sus ataques, sólo así me tomó enserio para enseñarme sobre su respiración; La cual me servía muy bien... Aunque el decía que era una parte de la respiración del viento.

-Tokito: Me impresiona que puedas dominar una respiración a pesar de ser un demonio. Deberías hablar con Sanemi después para que sigas mejorando.

Mi entrenamiento con varios pilares me hacía cada vez más fuerte, pero no era suficiente. Seguía siendo débil ante todos. Si era más fuerte que los rangos de cazador común, pero no era igual al de ellos, había una diferencia abismal.

No me iba a detener, el patron y todos parecían tener confianza en mí y no quería decepcionar los.

También en ese tiempo de mis prácticas con Muichiro, llegó el hermano menor de Sanemi, el cual había logrado entrar a ser parte de los cazadores de demonios, al igual que la pequeña Kanao.


Narra Rengoku.

A veces miro al cielo y no veo absolutamente nada. Ahora todo es vacío para mi, la muerte de la señorita Kanae ha acabado con mi corazón... ¿Por qué se fue y me dejó con este sentimiento en mi corazón?

Y ahora... Cuando regrese tendré que entrenar a ese... demonio. Inmediatamente recordar eso me empezó a hervir la sangre, justo me encontraba en plena misión, sin pensarlo dos veces apreté mi katana y la desenfundé con mucha fuerza.

꧁𝑼𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝑷𝒊𝒍𝒂𝒓.꧂ 𝐾𝑖𝑚𝑒𝑡𝑠𝑢 𝑁𝑜 𝑌𝑎𝑖𝑏𝑎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora