Año nuevo.

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JULIETA.

Era noche de año nuevo y nos encontrábamos en la habitación preparándonos para la gran fiesta. Romina, Daniela y yo estábamos eligiendo nuestros vestidos y peinados para la noche. La emoción en el aire era palpable y nos reíamos mientras intercambiábamos consejos y opiniones.

Mientras tanto, yo me sentía triste y un poco perdida. Extrañaba mucho a mi familia y a mi novio, y sentía como si una parte de mí estuviera incompleta en esa noche tan especial. A pesar de estar rodeada de mis amigas y de la gente en la fiesta, me sentía sola y aislada en mis pensamientos.

- Juli, ¿estás bien? - preguntó Romina mientras se acercaba a mí con una sonrisa.

- Sí, solo un poco nostálgica. Extraño a mi familia y a mi novio - respondí con un suspiro.

- Lo sé, princesa. Yo también extraño a mi familia, pero tenemos que disfrutar de esta noche juntas - me dijo Daniela, acercándose a darme un abrazo.

Sus palabras me reconfortaron un poco, y me di cuenta de lo afortunada que era por tener amigas tan maravillosas que me apoyaban en todo momento. Me esforcé por dejar atrás mis pensamientos tristes y concentrarme en el momento presente.

Después de elegir mi vestido blanco brillante y ajustado, decidimos ayudarnos a peinarnos y maquillarnos entre nosotras. Nos divertimos probando diferentes estilos y bromeando sobre cómo nos veríamos en la fiesta.

A medida que nos arreglábamos, sentía que mi ánimo mejoraba poco a poco. El calor de la amistad y el apoyo de mis amigas me estaban ayudando a superar mis sentimientos de tristeza.

- ¡Wow, Juli! - exclamó Romina mientras me veía en el espejo. - Estás increíble.

- ¡Estás hermosa, amiga! - añadió Daniela con una sonrisa.

Sus palabras me llenaron de confianza y me sentí más segura de mí misma. Sabía que la noche sería divertida e inolvidable, y estaba emocionada por lo que estaba por venir.

Sin embargo, en lo más profundo de mi corazón, no podía evitar sentir tristeza por no haber tenido la oportunidad de acercarme más a Marcos. A pesar de todo lo que había pasado entre nosotros, sentía una conexión especial con él y anhelaba tener la oportunidad de profundizar en esa conexión.

Pero por ahora, tendría que dejar esos pensamientos atrás y concentrarme en disfrutar la noche con mis amigas. Era una noche especial, y estaba decidida a vivirla al máximo.

Mientras terminábamos de arreglarnos para la fiesta, escuchamos la voz de  Marcos llamando desde el marco de la puerta, nos suplicaba con la mirada que lo ayudemos.  Se encontraba con su camisa desabotonada y unos jeans que a mi parecer lo favorecían, su pelo se encontraba despeinado dandole una imágen aún más sexy.  De repente, sentí mi corazón latir más fuerte y me quedé sin palabras al verlo tan guapo, traté de mantener la compostura, pero mi mirada se clavó en él y no pude evitar sentirme nerviosa.

- Chicas, necesito su ayuda. - dijo Marcos con una sonrisa.

Las chicas se acercaron a él, preguntándole qué necesitaba. Yo, por mi parte, traté de disimular mi incomodidad y me mantuve en silencio, alejándome un poco de la escena.

- Estoy indeciso sobre qué camisa ponerme para la fiesta. ¿Cuál creen que se ve mejor? - preguntó Marcos mientras sostenía dos camisas diferentes.

Las chicas comenzaron a darle sus opiniones, pero yo me mantuve en silencio, incapaz de quitarle la mirada de encima. Me sentía tonta por sentirme así, pero no podía evitarlo. Era como si cada vez que lo veía, mi corazón latía con más fuerza y me quedaba sin palabras. De repente, decidí que era mejor salir de la habitación para darme un momento a solas y tratar de calmarme. Excusándome de manera rápida, le dije a las chicas que tenía que ir al baño y salí de la habitación rápidamente. Me sentía un poco avergonzada por mi reacción, pero sabía que no podía dejar que Marcos se diera cuenta lo que estaba causando en mí.

Intenté tranquilizarme mientras me miraba al espejo del baño y retocaba mi maquillaje. Trataba de no pensar en Marcos, pero su imagen seguía atormentándome. De repente, sentí unas manos que me agarraron de la cintura, y una voz suave y familiar que me susurró al oído: "¿Te puse nerviosa?".

Rápidamente me di vuelta y me encontré cara a cara con Marcos, quien estaba a escasos centímetros de mí. Traté de mantener la compostura, pero me separé de él rápidamente, sintiendo mi corazón latir con fuerza.

- No, claro que no. -  respondí nerviosa mientras trataba de alejarme de él.

Marcos me miró con una sonrisa seductora y se acercó un poco más a mí, como si quisiera volver a abrazarme. Pero esta vez, me aparté de él con más fuerza, no quería caer en su juego otra vez.

- ¿Qué pasa, Juli? ¿Por qué te alejas de mí? - preguntó él con una expresión confundida.

- No pasa nada, solo...no quiero confundir las cosas. - respondí tratando de ser lo más clara posible.

Marcos suspiró y se alejó de mí, comprendiendo mi postura. Agradecí que él lo entendiera, pero por dentro, me sentía triste por haberlo alejado. Sabía que había una conexión entre nosotros, pero también sabía que no podía seguir adelante con eso, al menos no por ahora.

Me acerqué a la habitación donde las chicas seguían arreglándose para la fiesta y entré con una expresión preocupada en el rostro.

- Chicas, necesito hablar con ustedes. - les dije en voz baja, sin querer que nadie más nos escuchara.

Las chicas notaron mi preocupación y dejaron de maquillarse para prestar atención.

- ¿Qué pasa, Juli? - preguntó Romina, mostrando una expresión de preocupación.

- Es que... Marcos.  - comencé a decir, pero no sabía cómo expresar mis pensamientos en voz alta.

- ¿Qué pasa con Marcos? ¿Hizo algo malo? - preguntó Daniela, preocupada.

- No, no exactamente. Es que... - dije, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

- ¿Qué pasó, Ju? - preguntó Romina, alentándome a hablar.

- Estaba retocando mi maquillaje, cuando llego Marcos y... - dije, deteniéndome por un momento antes de continuar - me tomó de la cintura y me habló al oído.

Las chicas se quedaron en silencio por un momento, mirándome con expresiones de sorpresa.

- ¿Te puso nerviosa? - preguntó Daniela, tratando de entender la situación.

Asentí con la cabeza, sintiéndome un poco incómoda por lo que había sucedido.

- Lo siento mucho, Juli. - dijo Romina con un tono de preocupación. - ¿Cómo te sientes ahora?

- No sé, me siento un poco confundida. Y lo peor es que seguramente mi novio va a ver lo que sucedió y va a malinterpretar todo. - dije, sintiéndome cada vez más preocupada.

Las chicas me escucharon con atención y me dieron palabras de apoyo y ánimo.

- No te preocupes, Juli. Tu novio te conoce y sabe que no hiciste nada malo. Y respecto a Marcos, tal vez solo estaba siendo amable. - dijo Daniela, tratando de tranquilizarme.

- Sí, y si te hace sentir incómoda, háblale y dile que te respete. - añadió Romina, dando un consejo práctico.

Agradecí sus palabras y su apoyo, sintiéndome un poco mejor. Sabía que tenía que hablar con Marcos y dejarle claro que no estaba interesada en él de esa manera.
Pero lo que más me preocupaba en ese momento era cómo iba a reaccionar mi novio al ver lo que había sucedido. Esperaba que pudiera entender la situación y no malinterpretara mis acciones.

SIEMPRE HAY UN AMOR. | MARCOS Y JULIETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora