SIEMPRE HAY UN AMOR. | MARCOS Y JULIETA.

"Sentimientos ocultos." {EDITADO}

JULIETA

Era la primera fiesta temática en la casa y estaba emocionada porque nos había tocado mi tema favorito: Disney. Todos se habían esforzado en lucir sus disfraces de los personajes más emblemáticos de las películas de Disney. Había princesas, príncipes, villanos y hasta personajes animados que no habíamos visto en años.

Cuando supe que me había tocado ser la princesa Jasmine de Aladdin, no podía estar más feliz. Me habían enviado un vestido largo de color turquesa con detalles dorados y un velo para cubrir mi cabeza. Me sentía como una verdadera princesa, pero también un poco ridícula con el traje puesto.

Mientras tanto, Romina y Daniela estaban preparandose junto a mi. "¿Cómo van sus disfraces?", les pregunté mientras me ajustaba el velo.

- ¡Están quedando geniales! - , exclamó Daniela, quien se había disfrazado de la malvada Ursula de La Sirenita. - Me llevó horas hacerme el maquillaje para lucir como ella. -  añadió mientras se miraba en el espejo.

- Y mi traje el traje  de Bella también me  está quedando bien. -  dijo Romina, quien se había disfrazado como la princesa de La Bella y la Bestia. - El vestido es un poco incómodo, pero vale la pena por la fiesta. - añadió.

Me reí mientras me ponía los zapatos dorados para combinar con el vestido. "¡Me encanta ver cómo todos se esfuerzan en sus disfraces!", exclamé mientras salíamos de la habitación.

Finalmente, salimos al zoom y me sentí como si hubiéramos sido transportados a un mundo mágico de cuentos de hadas. Todos lucían espectaculares y la música de las películas de Disney llenaba el ambiente. Era una noche mágica y no podía esperar para disfrutarla.

Me emociono ver a Marcos, disfrazarse de Peter Pan, y debo admitir que le quedaba muy bien. Llevaba un sombrero verde y un traje verde y marrón que le hacían lucir muy atractivo.

Durante la fiesta, todos nos divertimos muchísimo. Bailamos y cantamos juntos, no podíamos dejar de reirnos. La temática de Disney nos permitió recordar los personajes de nuestra infancia y revivir momentos mágicos de nuestras películas favoritas. Sin embargo, no podía dejar de observar a Marcos, me sentía nerviosa y emocionada cada vez que nuestras miradas chocaban. Sentía un cosquilleo en el estómago y una extraña tensión que me hacía sentir incómoda. Intenté ignorar esos sentimientos y seguir disfrutando de la fiesta. Bailé con Agustín, Nacho y otros chicos de la casa, pero cada vez que me acercaba a Marcos, era como si algo en mí se descontrolara.

No estaba segura de lo que estaba sucediendo conmigo. Había estado cerca de Marcos muchas veces antes, pero nunca había sentido algo así por él. Tal vez era su traje de Peter Pan lo que lo hacía ver tan atractivo, o tal vez había algo más. Traté de no pensar demasiado en eso y simplemente disfrutar de la noche, pero cada vez que cruzaba mi mirada con la suya, no podía evitar sentir una extraña atracción hacia él.

Mientras me acaba a Marcos para invitarlo a bailar, noté que mis manos sudaban y mi corazón se aceleraba. No podía evitar sentir una extraña tensión entre nosotros, como si hubiera algo más que solo amistad. Pero sacudí esos pensamientos y traté de disfrutar del momento.

Durante la canción, noté que Marcos estaba un poco nervioso, pero traté de hacerle sentir cómodo y disfrutar del baile. Pero a medida que nos movíamos al ritmo de la música, sentía una extraña emoción que me consumía.

Después de la canción, decidí hablar con Marcos sobre la nominación y ver cómo se sentía. Quería hacerle sentir mejor, pero también quería saber cómo estaba después de la experiencia.

- ¿Cómo te sentiste con la nominación? - le pregunté, tratando de mostrarle mi apoyo.

- La verdad es que un poco incómodo, pero supongo que es parte del juego - respondió Marcos encogiéndose de hombros.

- Sí, es cierto. Pero no te preocupes, yo sé que eres una buena persona y un gran competidor - le dije con una sonrisa reconfortante.

Mientras seguía disfrutando de la fiesta, sentía una extraña tensión en el ambiente cada vez que Marcos estaba cerca. No sabía cómo manejar esos sentimientos y me preocupaba que pudieran complicar nuestra amistad. Pero traté de mantenerme fuerte y esperar que todo se resolviera con el tiempo.

Cuando la música se apagó y los chicos empezaron a retirarse, Marcos se acercó a mí. Me tomó del brazo y me dijo que quería hablar conmigo en privado. Sentí mi corazón latir más rápido, y una extraña sensación me invadió. Nos alejamos un poco de los demás y nos sentamos en un rincón del patio. Hablamos sobre la fiesta, sobre nuestros disfraces y sobre cómo nos sentíamos dentro de la casa. Pero mientras hablábamos, algo en el ambiente cambió. Ya no había risas ni música de fondo, solo nosotros dos hablando en la noche oscura.

Me di cuenta de que estaba demasiado cerca de él y de que su perfume me estaba haciendo sentir más cómoda de lo que debería. Intenté levantarme para retirarme a la habitación, pero él me sostuvo del brazo y me miró a los ojos.

"Julieta, tengo que decirte algo", dijo, con una voz un poco temblorosa. "No puedo seguir actuando como si nada pasara. He estado sintiendo algo por vos desde hace unos días y creo que vos también sentis lo mismo por mí".

Me quedé sin palabras. No sabía qué decir, ni cómo reaccionar. Mi corazón latía con fuerza y sentía como si todo lo que había construido con mi novio fuera de la casa se tambaleara en ese momento.

"Marcos, no sé qué decir", dije finalmente, intentando encontrar las palabras adecuadas. "Vos sabes que tengo novio fuera de la casa, y no quiero complicar las cosas".

Lo miré a los ojos y vi la tristeza y la decepción en su mirada. Sabía que estaba haciendo lo correcto al rechazar sus sentimientos, pero no podía evitar sentirme mal por lastimarlo. Además, no podía evitar sentir cierta atracción hacia él, pero no podía permitirme traicionar a mi pareja fuera de la casa.

Después de un rato de silencio incómodo, Marcos se levantó y dijo que se retiraba a dormir. Nos despedimos con un abrazo, pero sentí la tensión entre nosotros. Regresé a mi habitación y me acosté en la cama, pensando en lo que acababa de suceder. ¿Cómo podía sentir algo por alguien más mientras estaba en una relación? Me sentía confundida y perdida, y sabía que tenía que tomar una decisión importante pronto.