— No me mires desde abajo sin permiso. Es molesto, mocosa — Le pidió Sukuna con prepotencia a la joven hechicera en la que centraba su mirada para deleitarse con ella.
— Pues baja hasta acá ¡Y te miraré desde arriba! — Le invitó la muchacha de cabello rosa de forma desafiante, decidida a retomar el control sobre lo que era suyo.
— ¿Eres muy hostíl, no crees?
— ¿Cómo no voy a serlo? ¡Tú acabas de matarme!
— ¿Y no me das las gracias por sanarte tu mano?
— ¡Me arrancaste el corazón justo después! — Yūji se detuvo un momento para contemplar los numerosos esqueletos apilonados debajo del trono de Sukuna y la zona costal dentro de la que estaban — ¿Esto es el infierno? No me agrada la idea de seguir contigo aún después de haber muerto. ¿Pero qué más da? ¡Pagarás por lo que nos hiciste a mi y a Fushiguro! — Itadori tomó un cráneo de toro y se lo arrojó en la cara a la maldición, sin medir su fuerza.
Sukuna esquivó el cráneo con facilidad y se fue directo a la cima de una de las costillas de la enorme columna vertebral que estaba sobre el sitio. Itadori no dudó en ir corriendo hasta él y atacarlo con todo lo que tenía, pero era fácilmente repelida por la maldición.
— Si sigues atacando tan tontamente no lograrás hacerme nada... — Le susurró Sukuna a su espalda, antes de empujarla fuera de la costilla sobre la que estaban. Y pese a que Yūji se había preparado para recibir los daños de la caída, grande fue su sorpresa al verse sostenida por los brazos de su enemigo alrededor de su cintura en medio de aquel sitio — ... Bueno, al menos no nada que me haga vulnerable al igual que tú en estos instantes.
— ¡¿Eh?! ¡¿Cómo es que...?!
— Es mi área inhata, por lo que quien tiene el control aquí... — Sukuna le levantó el mentón para contemplar mejor su bonita cara —... Soy yo — Y la besó sin dudarlo.
Itadori se sentía sumamente confundida y anonadada ante tal acción, pues de todo lo que se esperaba que le hiciese el rey de las maldiciones, su primer beso robado no iba incluido entre sus ideas, sonrojándose bastante debido a esto. Ciertamente, jamás pasó por alto los apodos tan... halagadores con los que la nombraba, pero creía que solo se trataba de un mísero juego para molestarla más de lo que ya lo hacía con su mera existencia dentro de ella.
Sukuna al no percibir algún indicio de poder recibir alguna bofetada, forcejeo o golpe de parte de Yūji debido al impacto que le causó su atrevido contacto, aprovechó para atraerla aún más hacia él y así sentir con más presición los sobresalientes atributos de su portadora, deleitándose por lo apretadas que eran sus curvas y lo blandos que eran sus pechos. Y ni hablar de lo dulces y carnosos que eran sus labios y el olor a cerezas tan embriagante que desprendía.
Lentamente ambos aterrizaron en el agua que rodeaba la pila de esqueletos. Por el momento Sukuna se contendría y no iría más allá con ella, pues para aquello ya tenía planificado el contexto y ambiente perfecto para que la pasión se desenvolviera sin contratiempos, tal y como él deseaba.
— Si aceptas mis condiciones, sanaré tu corazón y volverás a la vida — Le mencionó Sukuna para sacarla de su shok, consiguiéndolo de inmediato.
— Eres un engreído, pese a lo que dices tú tampoco quieres morir ¿Cierto? — Yūji despegó las manos de Sukuna de su cuerpo y se alejó de él.
— Hubo un cambio de planes, puede que más adelante... — El recuerdo del asombroso talento que notó en Megumi Fushiguro y el potencial que le brindaría para alcanzar sus planes a futuro aparecieron en la mente de Sukuna —... Llegue a presenciar algo muy interesante.
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La Hechicera Que Brilla Como Una Estrella - AllxFemYūji
RomanceLa historia gira en torno a la estudiante Yūji Itadori, quien se une a una organización secreta de hechiceros para matar a una poderosa maldición llamada Ryōmen Sukuna tras convertirse en su anfitriona. No obstante, las cosas podrían complicársele n...