Capítulo 18

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Megumi huía entre los pasillos de uno de los templos del campo de los ataques de Kamo. Noritoshi tenía una precisión increíble tanto en la puntería como en la distribución de la energía maldita por todas sus flechas y su arco. A Fushiguro realmente le estaba costando trabajo repeler sus flechas y hallar la zona adecuada para contraatacar.

Al bajar por las escaleras, usó sus animales malditos para atajar las flechas que iban hacia él, y al romper con uno de sus bastones la punta de una, le llamó la atención la pequeña gota de sangre que se pegó a la pared al quebrarla.

La punta tenía un rastro de sangre... su ritual debe hacer que ignore las leyes de la física  Analizó el menor.

— ¿Puedes usar más de un Shikigami a la vez, no? — Preguntó Kamo al otro extremo de la escalera— Debo decir que no me agrada del todo que te contengas conmigo.

— Mi perro demonio se encarga de otro asunto... Lo mismo digo por tu última flecha; no te ayudaré si te desmayas por anemia— Aclaró Fushiguro — Ritual sanguíneo, un ritual que le permite al usuario manipular la sangre y a los objetos impregnados por la misma, algo muy adecuado para un clan que adora su linaje.

— No te preocupes, esas flechas las había preparado de antemano — Confesó Noritoshi muy autosuficiente — El ritual de las diez sombras permite invocar diez tipos distintos de Shikigamis usando un sin fín de sombras como medio. Eso es lo que hubieran hecho Maki o Mai si hubiesen heredado ese ritual...

Kamo lanzó otra flecha al techo provocando su derrumbamiento, logrando distraer a Megumi y así encestarle un buen golpe que a duras penas fue bloqueado por los antebrazos de Fushiguro. El menor quedó impactado con la fuerza de su oponente y el dolor que sintió al frenar su golpe.

 Que buena reacción... — Una singular marca rojiza apareció alrededor del ojo derecho de Kamo — Pero no bajes la guardia.

El líder del grupo de Kioto volvió a golpearlo y a estrellarlo contra una de las paredes. Su control sobre la sangre no se limitaba al flujo y a la forma de la misma, sino que la temperatura, el ritmo cardiaco, los glóbulos rojos y todos los componentes de la sangre en sí estaban bajo su control. Con ese ritual lograría poner al renombrado Megumi Fushiguro contra las cuerdas, bajarle un poco sus aires de superioridad y hacerle pagar las consecuencias por haberse hecho amigo de un recipiente maldito.

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Miwa se quedó pasmada en pleno bosque tras la huída de Maki. Aún estaba muy impresionada por lo fácil y rápido que Maki la dejó fuera de combate.

— 🎵Me dejaron sin mi espada🎵  Cantó Miwa en su subconsciente, mientras poco a poco superaba el shok por su derrota — La hermana de Mai se fue de aquí muy rápido. Ella es muy veloz. No sirvo de mucho sin mi espada, así que tomó la decisión correcta... ¿Serán las bolas de tapioca tan ricas como dicen?

Su teléfono sonó y ella discimuló con mucho entusiasmo la pena que sentía por su derrota.

— Es Mechamaru — Kasumi contestó — Hola, la inútil de Miwa al habla — Dijo, antes de que el discurso maldito hiciera estragos en ella y la dejara inconsciente.

Solo sus ronquidos escuchados a través del móvil fueron más que suficiente para que Toge Inumaki supiera que su trabajo para con ella estaba completado. Él había estado no muy lejos de la peliazul casi todo el tiempo. Seguidamente, el chico acarició la cabeza del perro demonio enviado por Fushiguro junto al teléfono del muchacho de armadura.

La Hechicera Que Brilla Como Una Estrella - AllxFemYūjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora