La pareja salía de los aposentos del chico, ambos soltaron la mano del otro lo más rápido posible para evitar que alguien los viera para después empezar a bajar la gran cantidad de escalones, al bajar el ultimo escalón pudieron ver al jefe Tanabok pero no estaba solo alguien más estaba esperando al dios de la ciudad.
Era una hermosa joven de tez morena, tenía la misma edad que el supuesto Dios, vestia con un largo vestido blanco de una sola pieza que tenía las mangas cortas dicho vestido hacia remarcar sus grandes pechos (pero no eran tan grandes como los de Chell), su cabello era negro y largo. La hermosa joven llevaba un tazón de barro lleno de algunas piezas doradas, al ver a su deidad llegar se puso rápidamente de rodillas.
-Mi señor en nombre de mi familia le agradezco que haya rechazo la vida de mi padre en la ceremonia a xibalba por favor tome esto en agradecimiento.
Dijo la joven mientras acercaba el tazón a su Dios, esta joven era la hija de aquel hombre que Carlos evitó qué Tzekel-Kan diera de sacrificio al mundo espiritual, a diferencia de otras ciudades o de algunas culturas en el mundo del chico era costumbre en el dorado hacer fiestas, danzas, rezos o esculturas para venerar o ganarse el favor de los dioses muy pocas veces se ofrecía a los supuestos infieles y gente de mal como tributo a los dioses, la joven estaba agradecida con el Dios que pudiendo aseptar a su padre como tributo decidió tomar el oro como tributo así que por días reunió con esfuerzo todas las piezas de oro qué pudo vendiendo prendas que ella misma hacia para después venir a ofrecerselas en persona.
-Disculpa cual es tu nombre?.
Pregunta el chico al estar confundido por el actuar de la chica.
-Mi señor ella es Tlaxic es hija del hombre que usted salvo de ser sacrificado.
Dijo el jefe ya qué la joven le había pidió ayuda para entregarle esta pequeña ofrenda al dios, pese a parecer tranquila en su interior la joven estaba nerviosa siempre había escuchado sobre la crueldad y frialdad del Dios, pero desde que regreso a la ciudad después de siglos había escuchado lo bondadoso qué era.
-Entiendo... Levántate por favor puedes quedarte con tus piezas de oro.
Dijo el chico con un tono de voz amable, Tlaxic al escucharlo pensó que había ofendido a su señor con tal cantidad insignificante de oro.
-Espere! Mi señor si desea más oro puedo traelo de inmediato.
Dijo la joven un poco paniqueada.
-Lo que quiere decir el Señor Carlos es que agradece la ofrenda pero no es necesaria, es suficiente para el tener tu devoción y la de tu familia.
Dijo Chell para ayudar a calmar las cosas.
-(Gracias).
Pensó el chico mientras miraba sutilmente a su amada.
-Así es por favor conserva tus piezas de oro.
Dijo el chico con su voz amable, la joven no podía crear la bondad de su señor ya que esas piezas le ayudaría a su familia a comprar comida y medicinas para su pequeño hermano que estaba enfermo.
-Gracias, muchas gracias mi señor.
Dijo la joven agradecida mientras se ponía de pie.
-No hay de que si necesitas algo no dudes en pedirlo.
Dijo el chico con una pequeña sonrisa, después de que la joven se fuera el jefe Tanabok empezó a guiar al pequeño grupo (Carlos, Chell, Altivo y Bibo) hacia la parte norte de la ciudad donde se encontraba el cuartel de los guerreros de la ciudad. Mientras caminaban todas personas al ver a su señor por las calles lo saludaban pero esta vez no era como antes que dejaban de hacer lo que estaban haciendo para después arrodillarse, ahora lo saludaban como si fuera un ciudadano más y con una gran sonrisa en su rostro, todas las personas no podían evitar ver la extraña y ubica vestimenta de su señor (pantalón de mezclilla, una playera negra y tenis rojos) las cuales parecían ser de un auténtico Dios ya que parecían estar hechos de materiales únicos y muy valiosos.
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YO en el Camino Hacia El Dorado V. 1
Ficción GeneralUn joven de 18 años llamado Carlos que empezaba a interesarse en la historia del México antiguo vuelve a ver su película favorita de la infancia "El camino hacia el dorado" sin saber que al siguiente día despertaría en este mundo. Ahora el debe busc...