KAIMOS;Lee TaeYong

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—No podemos dejarlo que siga durmiendo en nuestro sofá.—Yuta se cruzó de brazos, bufando.—Y tú no puedes seguir apoyando su comportamiento.

—¿Qué se supone que haga? ¿Echarlo a patadas?, es TaeYong de quién estamos hablando, Nakamoto.–Exclamo DoYoung dandole un sorbo a su café matutino.

—No me molestaría que se mude con nosotros si así lo desea, pero se niega a mudarse completamente, solo viene a dormir y a robarse mis sudaderas. —El japonés parecía un tanto irritado ante toda la situación.—Y por si fuera poco, esta de mal humor la mayor parte del día, no se le puede decir nada. —Se quejó, rodando los ojos. Lo cual me causo un poco de gracia. Parecían un pareja casada hablando de su hijo adolescente en su etapa de rebeldía.

—Yong, ¿Tienes algo que decir al respecto?—Suspire, tomando asiento a un lado de Yuta, me sentía realmente apenado.

—Está semana regreso a mi apartamento, se los prometo.—Fue lo único que pude decir, no quería dar explicaciones de toda la situacion.

—El problema no es que te mudes, TaeYong.—Yuta se giró para mirarme por un par de segundo y devolvió la vista a su desayuno.—El problema es que no estás afrontando las cosas, terminaron hace dos meses....—Sentí las inmensas ganas de salir corriendo de la cocina, y enterrarme entre las sabanas de la cama improvisada que tenia en la sala de mis amigos.— ¿Ya ves como te pones? No me has dejado de hablar y ya parece que quieres huir.

—No es así...—Realmente sí lo era, pero me negaba a aceptarlo. Con Yuta principalmente, porque él había estado presente el día de los hechos. Sentía mucha vergüenza al recordar mis actos y en la manera que ignore a Yura. Era claro que vivía día a día con el remordimiento de conciencia, pero una cosa era pensarlo y otra que me lo dijeran, probablemente desde el punto de vista de Yuta había sido el idiota mas grande de la tierra. No me lo tenia que decir pero lo supe desde que nos subimos al carro, Yuta se mantuvo en silencio hasta que lo deje en su apartamento. No emitió ningún sonido, queja o disgusto. Y como si fuera poco, había decidido invadir su apartamento, actuando como si yo fuera la víctima en toda esta situación.

Solo estaba viviendo las consecuencias de mis actos.

—Yo solo digo que deberías afrontar los problemas, Yong—Yuta palmeo mi hombro, intentando mostrar algo de empatía.—Tu le terminaste a Yura y por la manera en la que actúas pareciera que ella te dejo a ti.

Lo cierto era que, parte de mi esperaba que Yura volviera a buscarme después de esa noche, luego hablaríamos sobre lo sucedido, yo me disculparía y volveríamos a nuestra rutina diaria,

La primera semana lo entendí, era muy reciente. En la segunda semana puede que se sintiera muy incomoda e intento evitar cualquier tipo de confrontación antes de hablar conmigo. Luego llego la tercera semana y me preocupe bastante, pues no habían señales de la menor, o al menos un intento por comunicarse conmigo, para la cuarta semana ya me encontraba en una profunda depresión y desesperación por buscarla pero era demasiado cobarde como para buscarla. Para cuando finalizo el segundo mes, entendí que ella no me buscaría y era posible que ya me hubiera superado.