Más Personal Que Profesional

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-A juzgar por la inspección que hice ayer del vestuario de Adrien, opino que estamos listos para la sesión de mañana – Finalizó Gabriel mirando orgullosamente a Marinette – Buen trabajo, señorita Dupain-Cheng.

La aludida asintió con la cabeza en señal de agradecimiento, su jefe había pasado el día anterior a revisar las piezas ya confeccionadas y les había dado el visto bueno en esa reunión, y la verdad es que se sentía tan bien de que su primer trabajo en Gabriel's haya sido un éxito, tanto así que hacía ver pequeños al resto de sus problemas en ese momento.

En el otro lado de la oficina, Adrien escuchaba con atención las palabras de su padre, sin embargo, desde que empezó a hablar él solo había tenido sus ojos puesto en la chica ojiazul, quien en ese día lucía una falda alta en color negro, una sencilla camisa de botones en color blanco, sus acostumbrados tacones, y llevaba su cabello recogido en un moño, a excepción de su característico flequillo. No sabía que le pasaba últimamente con la chica, desde hacía un par de días cuando ella tuvo la pelea con Luka, se había sorprendido a sí mismo pensando en su amiga más de la cuenta, sobre todo después de ese peligroso acercamiento en el que se vieron involucrados, jamás había notado cuán azules eran sus ojos hasta ese momento.

Adrien sacudió su cabeza – Tienes que alejar estos pensamientos... Tienes novia y ella novio ¿recuerdas?... El hecho de que ellos estén peleados no significa nada – se regañó a sí mismo para luego desviar la mirada hacía su padre, pocas veces lo había visto tan feliz y sonriente por algo, y eso la verdad es que lo llenaba de mucha felicidad, ya que significaba que estaba complacido con el trabajo de Marinette, nunca tuvo duda de ella y por eso desde su adolescencia nunca dudó en hablarle bien sobre la joven diseñadora.

-La sesión de fotos tendrá lugar mañana en el foto-estudio cerca del Arco del Triunfo – Le dijo Gabriel mirando a Adrien y luego a Marinette – Señorita Dupain-Cheng prepárese para acompañar mañana a Adrien y a su equipo, siempre es bueno que la modista esté cerca en caso de emergencias.

Marinette asintió – Ahí estaré, señor Agreste.

-Nathalie se encargará de preparar el auto y de que la ropa llegue al lugar – Respondió el hombre – ¿Cómo van los diseños de la semana de la moda?

-Ya he confeccionado algunas cosas que usted aprobó – Dijo Marinette captando la mirada sorpresiva del rubio – Sin embargo, sigo trabajando en algunos bocetos al mismo tiempo.

-Excelente, todo está en marcha por esa parte – Contestó Gabriel – Pueden retirarse.

Ambos jóvenes asintieron y salieron de la oficina de Gabriel, al estar en el pasillo Adrien estaba por retirarse a su propio despacho, sin embargo, Marinette lo tomó de la manga y le habló.

- ¿Tienes un minuto? – Preguntó ella.

-Claro ¿qué sucede? – Respondió él amablemente.

-Le dije a tu padre que ya tenía confeccionadas algunas cosas para la semana de la moda, pero necesito que te pruebes una chaqueta y un sombrero, no estoy segura si te quedaran debido al material que he usado – Dijo la chica – Quiero asegurarme de que son de tu talla antes de que tu padre los vea.

-Claro, no hay problema – Dijo el ojiverde empezando a caminar hacía la oficina de ella – Es impresionante como ya tienes resueltas algunas cosas para la semana de la moda y al mismo tiempo lograste terminar lo de la sesión de mañana.

Marinette se sonrojó un poco ante sus halagos – No es para tanto, aprendí a ser rápida y pues ya es parte de mi estilo de vida.

Y aquello era cierto, entre la universidad, el ayudarle a sus padres con la panadería y cumplir con sus deberes como Ladybug la habían enseñado a mantenerse corriendo de un lado a otro. Todas las tardes luego de la universidad debía ayudar a sus padres en la pequeña panadería, y para cuando se desocupaba se ponía manos a la obra con sus diseños para la universidad, y a veces, cuando su deber como Ladybug la llamaba, este hecho se postergaba hasta altas horas de la noche, por lo que prácticamente había aprendido a coser con el tiempo medido.

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