Cap. 2.

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La desgracia de un niño.

Un total desastre, era lo único capaz de describir todo lo sucedido esa noche, la noche del 31 de octubre, esa noche la lamentable y desafortunada muerte del matrimonio Potter sucedió a manos del mago más poderoso y obscuro de todos los tiempos, el más temido de todos. Los desgarradores llantos de un pequeño bebe al ver que nadie le consolaba ni calmaba sus llantos era lo único que rompía el silencio mortal de aquel lugar.

Fuera de la casa se escuchó el fuerte motor de una moto muggle, Tom, quien recientemente estaba despertando de la inconciencia, la reconoció como la ruidosa motocicleta de Sirius Black, ese perro sarnoso al fin había aparecido, se dijo a sí mismo, se levantó con esfuerzo y se acercó a la cuna, donde el niño de bellos ojos verdes gimoteaba. Esta vez no lo alzo en sus brazos, por miedo a tirarlo, debido a su debilidad física, así que solamente se dedicó a dar suaves caricias por el pequeño rostro del bebe, de entre sus ropas saco algo y lo pasó por el cuello del pequeño bebe, era una gargantilla hecha de plata pura, también tenía un dije el cual era una pequeña cruz de plata fina con diamantes incrustados.

Con su varita dio dos golpecitos en el medio de la cruz, y de la nada salió una pequeña serpiente, hecha de plata de ley con diminutos trozos de esmeraldas, que se hacían pasar por un par de ojos y escamas, el serpenteo del reptil causo un poco de gracia en el pequeño bebe haciéndolo soltar una tierna y tranquila sonrisa.

De repente grandes pisadas se escucharon por lo que antes era considerado una casa, eso le dejo extrañado, las pisadas eran casi sobrehumanas, similares a las de un gigante, recupero fuerzas e irguió su varita sin temor apuntando firmemente hacia la puerta, la cual fue abierta, dando lugar a un enorme cuerpo, para luego asomarse una cabeza enorme y peluda.

El ser que estaba en la puerta resulto ser un hombre de casi tres metros de altura, era un semigigante, Tom lo conocía, era hijo de un mago y una gigante, un chico que fue expulsado de Hogwarts en su tercer año -Rubeus Hagrid- las palabras salieron casi solas de su boca, el más alto al escuchar su nombre salir de la boca del más bajo también le reconoció -Tom Marvolo Riddle, ¿o debo decir Lord Voldemort? Aléjese del niño- su voz se encontraba seria, pero al ver que el contrario no se alejaba de la cuna también alzo una pequeña sombrillita de color rosa.

- ¡HAGRID! - al escuchar su nombre no evito el voltear de su cabeza, pero, fue Tom quien reconoció la voz que llamaba al que le doblaba en tamaño -Hagrid, no le hagas daño- por la puerta entro un hombre, un poco más bajo que Tom, era Severus Snape, detrás de él aparecieron más personas, a quienes reconoció como Lucios Malfoy, Barty Crouch, Rodolphus y Rabastan Lestrange.

-Severus, pero el...- Hagrid no logro completar la oración cuando vio a Severus abrazar al hombre y después tomar en brazos al niño - ¿acaso tu nos estas traicionando? - volvió a erguir la sombrillita sin titubear. -no Hagrid, no estoy traicionando a nadie, pero por favor cálmate y hablemos, ¿sí? -

El semigigante decidió confiar en y se relajó -bien, escuchare lo que tienes que decir- dijo al ver que este se calmaba Severus se acercó a el -Hagrid, sé que puede ser difícil de creer y de aceptar para ti, pero Tom no mato a los Potter, ellos también eran sus amigos, Lord Voldemort no existe, ese es un invento de Dumbledore- 

-eso es imposible, está la profecía, además Dumbledore el, él es incapaz de hacer esto- su desesperación resonaba en su voz, era incapaz de creer todas esas mentiras.

- ¿no se supone que odio a las personas de la luz?, si yo fuera ese tal Voldemort ¿no crees que ya te hubiera matado? eres una gran oportunidad para Albus, eres un peón servicial en sus filas, además eres una buena forma para realizar una unión de magos y gigantes, Dumbledore sentiría la pérdida de un peón y una oportunidad, no la de un amigo o compañero- dirán que fueron palabras muy rudas y fuertes, pero fueron las necesarias para hacer que Hagrid pensara en que sus argumentos eran verdaderos, Dumbledore siempre le insto a buscar a su madre y que arreglasen las cosas, aun sabiendo que esta podría matarlo, siempre le sobornaba utilizando a sus amigos o la deuda que tiene diciendo que debe de estar agradecido porque él le dio un lugar para quedarse cuando fue expulsado.

-no tengo mucho tiempo para hablar, si Dumbledore ve que no llego con Harry vendrá el a buscarlo y no quiero preocupar a Minerva- dijo, esperaba que esa haya sido la mejor elección de su vida.

-te llevaras al niño, pero no le dirás nada de esto a ese viejo- la voz de Lucius se escuchó por primera vez en un tono de amenaza para que el otro no hablase - además, ¿dónde está Black? si no me equivoco esa moto del infierno es de él.

-no lo sé, aunque Dumbledore solo dijo que Petter Pettegrew se escabullo-

Nunca Más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora