Capítulo 5

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Narrador Omnisciente

Hoy marcaba el último día de grabación para Ian, un día que Alexia había estado esperando y temiendo a partes iguales. Sabía que no lo volvería a ver hasta dentro de un mes, un lapso que parecía inmenso ante la magnitud de su admiración secreta.

Alexia había salido un poco temprano para deleitarse con una comida sabrosa y sin apuro. Aunque el equipo era reducido por el momento, tenía también una reunión con la directiva de la FIFA, lo que la mantuvo ocupada durante una hora discutiendo temas de presentación. Durante la reunión, Ian la miraba de vez en cuando, pero Alexia se esforzaba por actuar como si no lo notara, concentrándose en anotar en su tablet para no perder detalle. Tras el encuentro, ambos se dirigieron a sus respectivas tareas, cada uno en su propio rumbo.

El día transcurrió para ambos lleno a su trabajo, con conversaciones esporádicas y breves que se limitaban en asuntos laborales. Los bailarines y el equipo estaban nerviosos ante la presencia de Ian, pero la escena se desenvolvió sin inconvenientes y el resultado fue maravilloso. Observar a Ian actuando y bailando resultó fascinante para Alexia, quien se sentía agradecida por la oportunidad y que el universo le había brindado al permitirle estar en ese lugar, un escalón más cerca de su ídolo.

Las redes sociales de Alexia habían quedado abandonadas, su teléfono personal permanecía en silencio, y la mayoría de su energía estaba dedicada al trabajo. Ni siquiera había tenido tiempo de hablar con sus hijos desde aquella noche. Planeaba ponerse al día en todo una vez que regresara a su país. Sin embargo, antes de su partida, tenía planeado grabar un video, puesto que su trabajo como traductora finalizará en dos horas.

La jornada concluyó con agradecimientos y despedidas. Alexia comenzó a llevarse mejor con el equipo, incluso intercambiaron números de teléfono con las chicas del staff. Se acercó a Ian para felicitarlo y agradecerle por su trabajo, sellando su interacción con un apretón de manos. Una vez fuera del set, se dirigió al hotel, se bañó y cambió. Aún le quedaba tiempo por lo que aprovechó para realizar algunas actividades en la ciudad, incluso continuar su búsqueda de ropa. Mientras avanzaba sus actividades de compras compulsivas, se dio cuenta de que la noche ya había caído.

De vuelta en el hotel, recibió una llamada que resultó ser de sus hijos, lo que le llenó el corazón de alegría. Después de la conversación, se dirigió a la piscina, disfrutó de su tiempo libre y tomó muchas fotos para su Instagram. Y en un encuentro inesperado, Alexia se cruzó con Ian y su equipo. Aunque inicialmente se sintió avergonzada en su traje de baño, ya que al entrar al espacio todo quedó en silencio. Puesto a que la diferencia de cultura era evidente, todos estaban cubiertos y claro ella solo estaba con traje de dos piezas.

Alexia

¡Joder!. Salí de los pensamientos que estaba teniendo, y giro rápidamente para devolverme de nuevo hacía la habitación. Pero al segundo tuve que maldecir entre dientes ya que escuché mi nombre salir de sus labios. ¡Qué vergüenza!, ¡tonta, tonta, tonta!, Me giro y comienzo a caminar hacia la piscina, tenía a todo el personal puesto sus ojos en mí, bueno más bien en mi cuerpo, sentí que me devoraban con sus miradas.

—Hola, mm disculpen, no sabía que estaban aquí, pensé que no había nadie a esta hora, pero ya me retiro sigan en lo suyo.

Dándome una media vuelta a lo que Ian de nuevo me nombra con una voz grave que sentía los vellos de mi piel erizarse.

—No tranquila, puedes quedarte. Todos estamos aquí charlando y nadando no interrumpes nada, además este es un hotel donde todos los huéspedes tienen el poder de usarlo así que no pasa nada.

Pero notaba como él tenía esa mirada pesada, sus ojos puestos en mi cuerpo reparandome de arriba hacia abajo.

—¿Te puedo decir algo? — ¡carajo! aunque suene mi voz bien baja mis mejillas están rojas de la vergüenza.

—Sí, ¿qué sucede? —mientras él llegaba hacia mi y a la vez que su voz se escuchaba aún más grave, como si le afectara mi casi desnudez.

—Es que siento que me violan con la mirada. —le murmuro para que solo escuche el.
—Púes como ya sabrás nuestra cultura. —¿acaso está nervioso? pienso.

—Y que tu estés así con un traje de dos piezas enseñando tu cuerpo, muy bonito, haces ejercicios? No me malinterpretes pero tienes un bonito cuerpo. —¡ay hombre no digas eso, que más me enamoro! <pienso>.

—Yo... me siento incómoda. No debí venir pero gracias si entiendo perfectamente la verdad no sabía que estaban aquí. —Trato de justificarme y habló rápidamente porque me siento terriblemente nerviosa.

—Y si hago un poco de ejercicios y antes practicaba boxeo. —¡ha ya la cague! eso no debí mencionar, bueno ni modo ya dije.

—En serio que genial yo también lo hago, me gusta mucho y a la vez me relaja.

—Algún día para hacer un combate claramente amistoso, —sonrió nerviosa. —No, mentira mentira lo digo de broma. —de sus rostro me muestra una hermosa sonrisa.

—Me lo tomaré en serio. —Es todo lo que dice y de nuevo nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos.

Alguien lo llama y me dice que lo acompañe y ambos nos dirigimos hacía donde estaban todos. Luego de un rato, la charla amistosa que surgió entre ellos me ayudó a disipar la incomodidad. La conversación con todos se prolongó, y el día terminó con una foto grupal en la piscina y risas compartidas.

AMOR CLANDESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora