Capítulo 10

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Ian

Nos besamos nuevamente, dejándonos llevar por la pasión. Después de unas horas, el primero en levantarse soy yo. Miro el reloj, son las diez de la mañana. Aún no puedo creer lo que acaba de suceder. Durante ese breve tiempo, dejé de ser el famoso Kang Ian de Starlight Crew. Solo fui... Ian.

Me levanto y me camino hacia el baño, necesitaba una ducha después de una noche apasionada. Metido en el agua fría mis pensamientos se comienzan aclarar. La propuesta que le hice hace unas horas a Alexia fue un impulso, pero no me arrepiento. Término bañarme y me coloco la toalla en mi cintura, camino hacia el dormitorio y ahí está ella, completamente desnuda, sonriéndome.

—Hola, buenos días —me dice mientras toma una bata y se la pone lentamente.

—Hola, preciosa. ¿Dormiste bien? —le pregunto mientras me acerco a ella.

—Como nunca —me responde, inclinándose para besarme suavemente. Le devuelvo el beso, feliz de estar aquí junto a ella.

—Tenemos dos horas antes de salir. Alguien vendrá por ti. Dame tu móvil —le digo, y ella me lo entrega. Guardó mi número y me timbro. —Listo, te llamaré para avisarte. Voy a mi habitación a terminar de empacar mi maleta.

Le doy otro beso y me cambio rápidamente antes de salir, y ella me sonríe, algo nerviosa.

—Está bien, ya voy a alistarme. Esto es una locura... nunca imaginé algo así —me dice con una risa suave.

—Lo vamos a pasar increíble, nos vemos en un rato, preciosa —le digo mientras salgo de la habitación.

En el pasillo, me cubro bien y me dirijo al ascensor. Subo ya que mi habitación está a dos pisos de aquí, se abren las puertas y el guardaespaldas me mira y asiente.

—Buenos días, señor. Todo está en orden. Nadie ha notado nada —me informa.

—Gracias —le respondo antes de entrar en mi habitación.

Después de una hora, todo estaba listo para que Alexia viajara conmigo a Corea. Mi manager ya sabía y me ayudó a que todo saliera bien. Nadie más del staff estaba al tanto, lo cual era perfecto ya que viajábamos en un jet privado.

La llamé para avisarle que todo estaba listo. En media hora pasarían a recogerla. Esto iba a ser emocionante.

Ya en el jet, me sentía nervioso, esperando que todo saliera bien. Y finalmente, la puerta se abrió. Ahí estaba ella, hermosa como siempre. Me levanté y la recibí con un beso.

—Todo salió bien, nadie me vio. Parecía una espía tratando de no ser descubierta —me dice con una sonrisa juguetona.

—Ven, dame esa maleta —le digo, llevándola a su asiento. La azafata se acerca para ofrecernos algo de beber.

—Un whisky, por favor —respondo.

—Para mi un vino, gracias. —responde. La azafata se va por nuestras bebidas.

—Esa chica te come con la mirada —me dice Alexia, con un tono que denota celos.

—¿Celosa? —le pregunto con una sonrisa burlona.

—¡No! Claro que no —responde rápidamente—. Solo lo decía... olvídalo.

La atraigo hacia mi y la besó de nuevo y mientras le susurro en su oído;

—Solo tengo ojos para ti, cariño. —Ahora ella es la que me besa.

El vuelo fue largo, cerca de cinco horas. Alexia y yo aprovechamos cada momento juntos, conversamos de todo un poco, como si quisiéramos conocernos más allá de lo físico. Entre risas, caricias y palabras, nos dejamos llevar, y, una vez más, nuestros cuerpos se buscaron en esa pequeña habitación del jet privado.

Hubo algo en su mirada que me hizo sentir que no importaba dónde estuviéramos, el mundo exterior quedaba muy lejos cuando estaba con ella. Después de eso, nos quedamos viendo una película, aunque no recuerdo mucho de ella, estaba más concentrado en cómo se acurrucaba en mi pecho, y en cómo su respiración se iba haciendo cada vez más lenta. Finalmente, ambos sucumbimos al cansancio y nos quedamos dormidos.

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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