13. Punto Neutro

11 3 1
                                    

Autora.

Voces en la lejanía se escuchaban, sabían que eran del lugar pero estaban tan perdidos en sus propios pensamientos que no podían concebir nada más que sentir un profundo miedo y dolor en sus pechos.

Tom perdería a su hijo, a su familia otra vez, y jamás había imaginado que su vínculo era tan fuerte con sus hijos y pareja hasta que lo sintió que quebrarse por segunda vez en su vida.zl

Sus manos sudaban, y quería acudir a su pareja, consolarlo, decirle que todo iba a estar bien, pero por más que lo intentaba nada podía salir de su boca.

Jerry estaba desconsolado, llorando mientras se cubría la boca para apaciguar sus incontrolables sollozos. No hace mucho había regresado, solo para ver cómo su hijo moría por culpa del rechazo a su destinado.

En ese momento únicamente sintió odio por el destino, por las consecuencias que traía el rechazarlo. ¿Acaso eso habría pasado si él no hubiese aceptado a Tom?

Clay, mientras tanto, intentaba hacer entrar en razón a Ty, quien miraba un punto fijo sin verlo; estaba ausente en vida, como si no procesara lo que estaba pasando.

El grifo no sabía qué hacer, toda la familia estaba vuelta trizas y no quería ni imaginar cómo estaba el otro alfa de la casa Catnysen, el más inestable de todos, hasta donde pudo ver.

Cansado de hablarle sin recibir respuesta, optó por la única opción que era más "viable"; golpear su costado tan fuertemente que lo hiciera doblarse de dolor.

Para su sorpresa, sí funcionó. Pero eso solo desató el caos emocional de su beta, por quien había esperado largas décadas.

Ver el corazón roto de su amado le revolvió las entrañas, tanto dolor que casi podía tocar lo consumía, especialmente porque aún tenía ese vínculo de vidas pasadas uniéndolo a sus emociones y sentimientos.

Sin poder soportarlo más, lo abrazó. Lo envolvió entre sus calurosos brazos, acarició su cabeza con dulzura y repartió besos temblorosos por toda su cabeza, repitiéndole que todo iba a estar bien, que estaría a su lado pasada lo que pasara.

Lágrimas caían abundantes mientras veía de la manera que menos quería cómo su familia agonizaba, cómo quienes más amaba se perdían en la locura del sufrimiento.

Una mano de tacto cálido se posó en su hombro.

— Yo no quería esto...— susurró con voz debilitada.

— Fue lo que decidiste— musitó en un tono átono, sin vida.

Yerith apretó los labios, tiritando de ira e impotencia.

— Esto no... No es lo que quería— gruñó con los dientes apretados.

El Omega retiró su mano del hombro de Yerith.

— Entonces, ¿qué querías?— inquirió enojado.

— Vivir mi vida sin seguir el maldito destino. Quería poder elegir a quien yo quisiera como mi pareja, no porque fuera mi destinado.

— Y aquí están las consecuencias de lo que querías— declaró en un suspiro agotado, viendo cómo su presencia desaparecía de a poco, anunciando lo que tanto había temido.

Pasaron largos segundos de silencio, ninguno tenía algo más que decir, solo ver el caos en esa habitación de hospital. Los doctores seguían con la esperanza de que, si tenían a los destinados juntos, iba a resurgir de forma milagrosa la vida de ambos.

Pero las cosas, por desgracia, no eran así de fáciles.

— ¿No hay forma de solucionar esto?— cuestionó suavemente el pequeño ioleki, caminando hacia el cuerpo de su infortunado destinado.

Mr. Iceberg [Omegaverse] ★Secuela de "Sonrisa Nueva"★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora