2. Palabras ocultas.

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Yerith cambió las sábanas de la cama de su hermano y luego lo dejó allí descansando. Antes de salir del cuarto le dejó una nota a su hermano sobre la mesita de noche, avisándole que estaría haciendo los preparativos para la "fiesta sorpresa" de esa noche.

La cuestión es que ese día su padre cumplía años, y siempre, sin importar qué ellos le elaboraban una linda reunión familiar con ellos, claro, y las personas que le ayudaron cuando era prisionero.

Sus abuelos no solían ir a visitarlos, su papá decía que seguro era porque se sentían culpables, después de todo ellos lo entregaron para salvar su negocio. Pero Thomas, cada cierto tiempo y con mirada perdida, los llamaba y les pedía que fueran, que conocieran a sus hijos, que él no les guardaba rencor.

Pero ellos evitaban dar una respuesta exacta y desviaban el tema, por lo que su padre desde hace unos meses dejó de llamarlos y de suplicarles, pues aseguraba que si los tenía a ellos, ¿Qué más daba lo demás? Su actual familia era lo único importante, sus hijos eran lo único que le interesaba ahora.

El Omega mayor se detuvo en la puerta del cuarto de Devor, el mayor de todos, y dió un par de toques.

- Apestas a feromonas, hermano- gruñó el alfa desde adentro, haciendo reír a Yerith-. ¿Con quién estuviste?- Inquirió aparentemente enojado.

Las orejitas de Yerith se sacudieron, y extrañado frunció el entrecejo-. ¿Eh?- murmuró, elevando su brazo para así olerlo. Sus orejitas de la nueva especie calificada como Ioleki (mezcla entre un ratón omega y un gato alfa) se enderezaron al percibir, al fin, el nuevo extraño olor impregnado en su cuerpo.

- ¿Y bien?- inquirió de nuevo su hermano, poniéndose de pie y caminando a la puerta para bañar a su hermanito en feromonas familiares.

Yerith arrugó su naricita al percibir el potente aroma de Devor envolviéndolo-. So-Sólo estuve con el profesor de-de gimnasia- contestó, apretando los dientes y cubriéndose nariz y boca con sus ropas. Pero una mueca de asco se apoderó de su dulce rostro en cuanto sintió el hedor de su profesor.

Por ello no se quejó cuando finalmente quedó bañado en las feromonas de su hermano, necesitaba sentirse seguro y a salvo, quitar ese espantoso aroma ajeno al de su hogar.

- Voy a hablar en esa academia para que cambien a ese maldito imbécil- gruñó enojado, dejándose caer por la puerta directo al suelo. Quería sentir el frío del mismo consumiendo su cuerpo.

- Pero-- quiso protestar.

- Pero nada, Yerith. Ese demente es un riesgo para tí. Los demás me valen mierda, tú eres quien me importa. Y mientras yo esté vivo y pueda hacer algo para protegerte tenlo por seguro que lo haré- expresó muy seguro de sus palabras, procurando que su voz no temblara. El inhibidor no estaba funcionando, su juicio comenzaba a perderse y eso lo estaba asustando-. Yerith, antes de que te vayas...

- ¿Sí...? ¿Estás bien? ¿Pasó algo? ¿Qué tienes?- soltó pregunta tras pregunta, dispuesto a entrar.

Pero un grito lo detuvo-. ¡No abras! ¿¡Estás loco?!- vociferó Devor, desesperado. Yerith tembló involuntariamente, lo cual lo hizo enojar. Odiaba cuando su omega se portaba tan sumiso al esucuchar a un alfa usar 'la voz'. Tenía que comenzar a acostumbrarse, no quería padecer por algo realmente horrible por culpa de su omega y sumisión. Devor suspiró-. Lo siento, lo siento, es solo...- otro suspiro-. Por favor ponle seguro a la puerta, y asegúrate que la ventana esté bien cerrada por fuera- pidió finalmente, rindiéndose al cansancio que controlar a su alfa significaba.

Angustiado, Yerith no pudo hacer más que asentir-. ¿Tienes inhibidores normales y de emergencia?- cuestionó antes de hacer lo que él pedía.

Devor murmuró un débil "Sí", y entonces Yerith pasó seguro a la puerta. Bajó las escaleras rápidamente y haciendo uso de unas escaleras metálicas que habían en el jardín alcanzó la ventana del cuarto de su hermano. La cortina estaba corrida a un lado, por lo que podía ver el estado de su hermano.

Mr. Iceberg [Omegaverse] ★Secuela de "Sonrisa Nueva"★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora