Las semanas posteriores al parto habían transcurrido con suma tranquilidad y normalidad. Mu estuvo algo adolorido durante los primeros días, pero Aldebarán siempre estuvo ahí para ayudarlo en todo, desde encargarse de cuidar de Kiki y las labores domésticas, hasta cosas como tomar una ducha o arrullar a la bebé por las noches.
Izo, Shion, Dohko y Ox tomaban turnos para ir a visitarlos, nada invasivo a su privacidad, simplemente darles una mano en lo que pudieran, cómo llevar a su nieto a la escuela, o ayudar en algunas tareas como lavar los platos, doblar ropa, o ayudar en la preparación de la comida. Sabían que sus hijos iban a necesitar todo el apoyo posible, pero también que debían respetar los límites y no meterse en medio del matrimonio.
Algo similar ocurría con sus amigos, que no tardaron mucho en hacer acto de presencia para conocer a la nueva bebé, incluso Camus y Shura, cuyo primogénito rondaba ya los tres meses de nacido. Iban a visitar a la pareja con mucha menos frecuencia que los familiares, pero siempre que iban, procuraban llevar algún presente y ayudar en lo que pudieran.
El apoyo de sus padres, así como de sus amigos, fue de gran ayuda, haciendo que lo que en un inicio creían un reto difícil, resultara mucho más sencillo. Las cosas fluían con bastante naturalidad entre ellos, por ratos llegaban a olvidarse de la amnesia, compartiendo varios momentos juntos, cómo la lactancia y cuidados de la bebé, que resultó ser una Beta. Por algunos instantes, parecía que todo era igual que antes del accidente, o al menos la mayoría de las cosas.
Para Kiki también estaba siendo toda una aventura nueva ser hermano mayor, y era muy cercano a su pequeña hermana, aunque como todo niño de su edad, cometiendo algunos errores como poner mal un pañal. Sin embargo, sus padres siempre estaban ahí para supervisarlo y decirle un "bien hecho", o "lo harás mejor la próxima vez".
Cuando menos se dieron cuenta, la pequeña ya tenía cuatro meses. Cada día crecía y estaba más activa, aunque era mucho más tranquila que su hermano mayor a esa edad, y casi nunca daba problemas ni era difícil calmarla. La pequeña durmió con ellos los primeros dos meses de vida, pero después decidieron comenzar a dejarla dormir sola en su propia habitación, aunque con sus debidas precauciones, como un radio monitor e ir a vigilar cada tanto tiempo que todo estuviera bien.
Mu estaba algo inquieto, había un asunto que aún no habían hablado y que sin duda, sería un tema extremadamente incómodo.
Durante el embarazo y los primeros tres meses después del parto, el celo de un Omega se suspendía por completo, sin la necesidad de supresores. Pero una vez pasado ese tiempo, el celo volvía.
El peli-lila estaba consciente de que el plazo tiempo se había terminado, y en cualquier momento su celo aparecería, pero no tenía el valor de pedirle a Alde que lo pasara con él. No quería hacerlo sentir presionado, ni forzado a tocarlo, aunque debía admitir que extrañaba sentir el calor de su Alpha.
"Casualmente", Izo y Ox dijeron que se irían por un par de semanas de vacaciones para celebrar sus bodas de perlas. Harían un tour por todos los países que recorrieron juntos cuando se conocieron y dónde se enamoraron. Y les habían pedido permiso para llevar a Kiki con ellos, alegando que sería bueno para el pequeño Omega tomarse unas vacaciones relajantes y de paso, conocer otros lugares, tradiciones y culturas. Al inicio, ambos dudaron, pero después de una semana entera con Izo, Ox y Kiki insistiendo, finalmente cedieron y le dieron el permiso al niño, que había partido al lado de sus abuelos hace apenas un par de días.
Prácticamente tenían la casa para ellos dos sólos. Raki, cómo habían decidido llamar a su hija menor, dormía prácticamente toda la noche, y eran más bien ellos quienes terminaban despertándola para alimentarla en la madrugada. Así que por las noches, después de las 11:00, eran solo ellos y el silencio de la habitación.
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Amnesia
FanfictionEn ésta vida existen palabras que te pueden destruir por completo con solo escucharlas... Él jamás lo había lastimado de ninguna forma, pero esa vez... Aquellas simples e inocentes palabras fueron suficientes para destrozarle el corazón. »» ¿Quién e...