14. Dos

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París, 16 de febrero del 2023

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París, 16 de febrero del 2023.

Está en la sala cambiando rápido los canales en la televisión, Hulk anda con él acostado en el suelo mientras que Lionel se encuentra en llamada con Kun, cada quien en su mundo, pero no de una manera negativa. Estaba lloviendo algo fuerte, por lo que cancelaron el entrenamiento de Lionel y Hulk tenía que quedarse dentro de la casa para no mojarse.

Entre tantos canales, Guillermo ve fugazmente una cabellera roja. Sus ojos se dilatan, su ritmo cardíaco se acelera y siente sus ojos lagrimar quedando inmóvil unos segundos antes de regresar entre los canales hasta ver qué se trataba de una chica de cabello rojizo de nacionalidad francesa, hablando de algo que no le importa ni entiende. Pero eso no quita las sensaciones que tiene.

Deja el canal ahí y se tapa la boca reprimiendo los sollozos, desconoce su actuar por completo, ya le dio una lloradita a Dulce, se supone que está bien. Se hace bolita en el sillón ante la atenta mirada de Hulk que empieza a gimotear, el ruido de su mascota atrae a Messi a la sala cortando la llamada que tenía con el otro argentino.

Para ver a Memo llorar en el sillón echo bolita.

—¿Estás bien Guille? ¿Qué te pasá?—pregunta Lionel preocupado.

Memo niega con la cabeza aún sollozando mientras señala a la televisión, Lionel voltea a ver para ver a solo una mujer de cabellera rojiza hablando de algo sobre el calentamiento global o eso es lo que alcanza a entender, su francés no es tan bueno como el de Guillermo.

—¿Qué tené la piba de cabello rojo?—cuestiona confundido.

—Du-Dulce...—habla entre pequeños gimoteos.

Messi sigue sin entender exactamente de lo que habla Guillermo por lo que lo abraza, el mexicano se aferra a él con fuerza, recibe unas caricias en sus rizos que poco a poco hacen cesar el llanto repentino, a Lionel le gustaría preguntar pero sabe que no es momento de preguntas, Memo ocupaba cariño.

Consuelo.

Una vez parece dejar de llorar, Messi levanta al joven del sofá para llevarlo a sentarse en la isla de la cocina, alcanza a observar los ojos tristes de Memo y eso le rompe el corazón, rápido le prepara un mate para tratar de animarlo aunque sea.

—Tomá—dice en un murmullo.

—Gracias...—dice apenado Guillermito.

El mexicano solo tomaba del humeante mate, afuera la lluvia seguía cayendo fina.

—¿Querés hablar?—pregunta Messi tranquilo.

Memo medita un poco su respuesta para luego asentir despacio.

—Te escucho—dice Messi sentándose a su lado.

El joven respira profundo antes de soltar el aire poco a poco.

𝙈𝙄𝙀𝙉𝙏𝙀𝙎 || MESSICHOA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora