Grandes edificios formaban parte de la visión de Verstappen mientras iba camino al último evento de la temporada, esperaba realizar algunas vueltas en el monoplaza, unas entrevistas, tomarse fotos y por fin dar oficialmente por terminado el periodo 2022 en su vida. Al menos hasta que iniciara nuevamente el siguiente año.
Su vista se dirigió a la persona con la que compartía transporte, el piloto Sergio Pérez, su compañero de equipo, su ex o ¿amante? Aun no sabía en qué término se encontraban pero al menos ya no existía ese silencio incómodo que lo asfixiaba semanas atrás.
Solo se escuchaba la música que el chofer había elegido, Same Mistake de James Blunt, la cuál conocía perfectamente.
Así que se centró en admirar el perfil del hombre a su lado con cautela, su cabello recién lavado, su poblada barba y el nomex de trabajo el cual le recordaba que aún estaban rodeados por compromisos, así que suspiro y siguió observándolo en especial aquellas pequeñas pecas que le gustaba besar.
Tenía la necesidad de sentir las manos del mexicano en él y no en un sentido sexual ya que bastante le ofreció la noche anterior sino en uno completamente sentimental. Quería que lo acariciara como el mismo le brindaba cariño a sus gatos cada vez que llega a su departamento en Mónaco, masajeando lentamente los músculos del cuello apretándolos con suavidad; porque él se sentía suyo, como su "gatito" personal. Aquel que le brillaban los ojos cada vez que lo veía entrar a la sala de juntas, aquel que ronroneaba cada vez que lo abrazaba y el que se frotaba contra su cuerpo cada mañana al despertar.
Dios, estaba completamente enamorado de ese hombre, no habían duda, nunca la hubo. Tenía fe en que lo resolverían, que de alguna manera encontrarían la solución en ese mar de competitividad en la que estaban inmersos.
Por eso le carcomía que alguien pudiera robárselo, sabía que no era perfecto, tenía millones de defectos y traumas que aún estaban en proceso de ser solucionados pero jamás había sentido tanto afecto hacia una persona que no fuera su familia.
Era simple, no quería perder al amor de su vida.
Sabes, Jimmy y Sassy te extrañan - lo dijo en un susurro y un "yo también te extraño" se quedó atorado en su garganta porque simplemente no quería presionarlo, quería ser paciente como le prometió, así que se mordió la lengua impidiendo que esas palabras fueran pronunciadas.
Silencio...
De repente sintió una mano posarse sobre la suya y advirtió como el calor de ella lo consumía en cuerpo y alma.
Sabes, esos gatos saben manejarme a su antojo - Checo le devolvió la mirada con profundidad. Entre ellos sabían que la conexión que tenían iba más allá de la sincronización que poseían o dejaban ver a los demás, su comunicación interna podía ser hasta mental en ocasiones - en especial uno que me vuelve loco. - una sonrisa se dibujó en su rostro - Diles que yo también los extraño, bastante.
Max bajo la mirada al sentir como Checo abría su palma para juntar sus manos y entrelazarlas entre sí, aún estaba en shock por tal arrebato pero aún así sus ojos azules conectaron con esos ojos marrones y visualizó esperanza y amor, aquel amor que creyó perdido en Brasil.
Su corazón bombeaba rápidamente y percibió una incipiente lágrima formarse debajo de su ojo haciendo borrosa su vista.
Checo... - el mayor le impidió seguir colocando un dedo sobre sus labios.
No será fácil, tu y yo seremos rivales el siguiente año. Estaremos luchando inalcanzablemente por derrumbar al otro, de obtener más puntaje que el otro, de ser más rápidos y eso conllevará a que nos distanciemos para enfocarnos en nosotros mismos. Pero eso se queda en pista, jamás haría algo para lastimarte, ese es mi límite Max, por más que desee ganar jamás pondría tu vida en peligro y espero que sea recíproco por que de otra manera no veo que tengamos un futuro juntos. - lo dijo sinceramente y con la seriedad siendo reflejada en su rostro.
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Azul y Marrón
FanfictionBrasil marco un antes y un después en la vida de Max Verstappen y Checo Perez La confianza, la amistad e incluso el amor puede perderse en tan solo un instante Ambos pilotos aún anhelaban que siguieran las cosas como antes, creyendo en la existencia...