🏫003; El instituto🏫

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Había pasado minutos mirando desde el auto como los chicos entraban alegremente al instituto

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Había pasado minutos mirando desde el auto como los chicos entraban alegremente al instituto. Mis nervios se notaban desde acá a la china, mis manos no dejaban de temblar por la inquietud que vagaba por mi cuerpo.

Agradezco el hecho de no haber venido con Edward Cullen porque hubiese sido un viaje muy incómodo. Sam y Leah se habían ofrecido a traerme, el rechazar al Cullen me hizo sentir mal porque según mi hermana él se había  ofrecido a buscarme.

Notaba las miradas de la pareja por el retrovisor, sabía que debía bajarme porque estaba retrasándolos a ellos por mis estúpidos nervios. Suspiré tratando de calmarme, bajé mis manos a la mochila que yacía en mis piernas. Agarré la manga de ésta, con mi otra mano tomé la manija de la puerta. Respiré dos veces para calmarme, mi mente me jugaba en contra por lo asustada que estaba.

— Cora, ¿Estás bien? —la melodiosa voz de la joven retumbó en mis oídos. La miré en busca de ayuda, su mirada transmitía tranquilidad y comprensión, me sentí aliviada y vista por ello.

Suspiré;— Sí, estoy bien —le di una sonrisa—. Gracias por traerme, nos vemos.

Bajé del coche con calma y comencé a caminar hacia la puerta del instituto. Las personas me miraban con curiosidad, algunos con interés y otros como si fuera un alién.

Entré al lugar algo perdida, el papel que me había dado Sam para que me guiara no me era de mucha ayuda. Miraba atentamente el (lo que se suponía) mini mapa para saber por donde ir.

— ¡Hola! —saludó un chico, el no haber escuchado cuando llegó hizo que saltara del susto.

Lo miré de arriba a abajo, era de estatura media, parecía de unos quince, tal vez dieciseis, tenía el pelo largo hasta sus hombros. Su piel era algo pálida, sus ojos eran achinados, de un tono oscuro. Tenía una linda sonrisa que causaba ternura al verla.

— Hola —le contesté.

— ¿Tú eres Coraline Jones? —dirigió su vista a un papel algo confuso.

— Sí, soy yo... eh

— Erick, los ojos y oídos de este lugar —sonrió divertido—. Lo que necesites aquí estaré, puedo ser tu guía, tu cita o tu hombro en donde puedas llorar.

Lo miré divertida por sus ocurrencias, parecía un chico bueno y algo gracioso.

— Gracias por todo eso, pero por el momento estoy bien -sonreí.

— Bien... eh ¿Quieres salir en la primera plana? —confundida alcé la ceja tratando de comprender lo que decía, Erick, al ver mi cara de idiota me explicó—. Escribo en el períodico, podría ser un gran reportaje tu llegada.

— Ah, ya entendí —contesté—. No quiero salir en ningún artículo, gracias por la oferta.

— Entiendo, no pasa nada. Ven, te llevo a tu clase —comenzó a caminar hacia el curso.

𝓈𝒽𝑒 𝒾𝓈 𝓂𝓎 𝓈𝒶𝓁𝓋𝒶𝓉𝒾𝑜𝓃¹ Alice CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora