El taxi se detuvo en frente a una casa gris de aspecto bastante hogareño pero que mantenía su modernidad gracias a la forma de ésta.
— Son $25,70 —dijo el conductor.
Coraline rebuscó en su bolsillo y le entrego el dinero correspondiente antes de tomar su mochila y salir del vehículo.
Suspiró pesadamente mientras observaba la estructura que tenía delante. Era la sexta vez en todo el año que la hacían regresar a su casa debido a sus problemas en el colegio. Estaba apunto de cumplir sus deseados 16 años y aún no encaja en ningún lugar, pero aún así no perdía la esperanza de encontrar su pequeño lugar en el mundo, sin embargo sus ganas de seguir tratando de hacer amigos cada vez disminuían un poco más.
La puerta principal fue abierta, por ella se asomó una mujer joven de un castaño caballo largo que sonreía cariñosamente a su dirección. Mantenía sus manos cruzadas mientras agarraba la manta sobre sus hombros para protegerse de la fresca brisa. Coraline caminó hacia ella con su mochila lleno de sus útiles. Era como repetir la misma escena de una película una y otra vez, sin poder recibir la aprobación del director porque había algo en esa escena que faltaba. En el caso de Coraline lo que fallaba era su manera de ser. Aquel carácter hubiera sido hermoso si fuera tranquilo como el de su madre y no impulsivo e incontrolable como el de su padre. Aquel carácter era el fallo en su escena que no recibía la aprobación del director.
— ¿Otra vez te metiste en problemas? —la armoniosa pero fina voz de la mujer zumbó en sus oídos como una mosca.
Coraline asintió mientras hacía una mueca.
— Hola Mamá, si estoy bien, gracias por preguntar —contestó sarcásticamente a la pregunta que siempre escuchaba.
La mujer la miró con cansancio, harta de sus respuestas sarcásticas. Ignorando lo que dijo, habló.
— ¿Recuerdas el pueblo a donde se fue a vivir Caitlin hace un par de meses?
— ¿El pueblo que está casi constantemente cubierto de nubes y lluvias? —preguntó la joven mientras cerraba la puerta detrás de ella y avanzaba por la enorme sala junto a su madre. A lo lejos podían escucharse gritos y risas de su padre y hermano en el interior de la cocina, así como los reproches de su mellizo al no conseguir hacerlos callar.
— Ese mismo. Ha arreglado todos los papeles y Caitlin ya comenzará su trabajo de tiempo completo mañana temprano.
Coraline elevó ambas cejas con sorpresa. Caitlin era una mujer de apenas 20 años cuyo intelecto fue heredado de su madre; Para Coraline era como su ejemplo a seguir.
— Espero que todo baya bien. —dijo sincera—, no hay nadie que se merezca ese trabajo más que ella.
— Estoy segura que todo irá bien. Los Black parecen buenas personas y han mostrado gran interés en ella. No creo que debamos preocuparnos de nada.
— Tienes razón.
Su madre acompañó a la joven hasta su habitación, aquella que había visto desordenada durante sus quince años de vida. Coraline entró y dejó la mochila sobre la cama sin detenerse a mirar el interior otra vez. Ambas se dirigieron a la cocina en donde estaban su padre y sus hermanos. Se sabía la estructura de la casa como la palma de su mano; era capaz de recorrer el lugar con los ojos cerrados y no perderse; conocía cada cuadro colocado, cada planta adornando las esquinas, incluso recordaba el mini pasadizo secreto que habían construido ella y su mellizo cuando eran niños. Era donde había crecido, era poco probable que se perdiera... pero con Cora todo puede pasar.
— ¡Cora!
— ¡Mi hija ha vuelto de la cárcel!
Coraline se halló a sí misma rodeada de las voces de sus hermanos y padre que gritaban su nombre al verla. Sonrió hacia el pequeño trío de hombres que se situaban en una mesa redonda de comedor con sus platos de comida en frente.
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𝓈𝒽𝑒 𝒾𝓈 𝓂𝓎 𝓈𝒶𝓁𝓋𝒶𝓉𝒾𝑜𝓃¹ Alice Cullen
FanficLibro n°1 de la saga: Perfect love (Compañeros Cullen's) "- ¡¿Y si tú hubieses estado en mi lugar, Cora?! -gritó desesperado‐. ¡¿Qué hubieses hecho?!" - Lo que sea con tal de no separarme de Alice. Tú tomaste una mala decisión, Edward, ahora asume l...