Capitulo 34

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Hoy el día inició especialmente hermoso ¿Por qué no pudo acabar de igual forma? Todo tenía que volverse difícil. (Por favor, que sea drama) Sin adelantarse, vamos a explicar. Verónica después de varias semanas, ya hace tiempo que se sentía como nueva. Podía asistir al instituto y tener su rutina habitual. ¿Qué había cambiado? Simple, su relación con cierta castaña de ojos cafés. Ahora todo el tiempo andaban robándose sonrisas y miradas durante las horas libres o en los pasillos.

La latina ya casi ni se acercaba a fastidiar a la rarita y a sus amigas, no tenía razones para hacerlo. Camila parecía feliz con ellas, seguramente por tener la atención de la chica de ojos verdes. Al principio se había mostrado nerviosa con todo el asunto de Lucy conociendo sus sentimientos por Jauregui, pero al ver que la castaña mantuvo silencio, logró tranquilizarse. Normani y Ally no querían meterse en problemas con las dos animadoras y por ello tampoco habían intentado acercarse al grupito.

Todo iba a de maravilla. Lucy y Verónica se habían encontrado varias veces en el parque secreto o simplemente en la casa de la latina, para charlar y pasar tiempo juntas. Hace unos días la castaña había escuchado como Verónica se quejaba sobre no entender nada acerca de Biología o Cálculo. Lucy se ofreció para ayudarle a estudiar y hacer los deberes. La latina había dudado acerca de gastar horas estudiando, pero al pensar que podía pasar incluso más horas con la castaña, aceptó felizmente. Sentía que olvidaba algo, muy importante, ese pensamiento estuvo instalado en su cabeza durante unos días. (Hay que regalarle una recordadora)

Estaba tan feliz en Lucylandia que no se tomó el tiempo de descubrir que era.

-¿Tienes dinero?-preguntó esa mañana, llegando a clases, a su amiga. Camila rodó los ojos, sacando la billetera de su cartera.

-¿Para qué lo necesitas?-preguntó alzado una ceja.

-¿Quién dijo que lo necesito? Solo quería saber si tenías o no-se sintió ofendida, a pesar de que si planeaba pedirle prestado.

-Verónica, te conozco-sacudió la cabeza, como si su amiga no tuviera remedio-. ¿Cuánto necesitas?

Verónica sonrió, abriendo las manos para recibirlo.

-Quiero comprar un dulce.

-¿El caramelo ácido de la otra vez?

-Si-sonrío.

Camila se limitó a darle el dinero y a despedirse, ya que ella tenía que ir a clases. En cambio, la latina compartía esa hora de Arte con Lucy y estaba caminando, puede que un poco rápido, para llegar y verla. El problema fue que al parecer llegó antes de tiempo, el salón estaba vacío y solamente él profesor la miraba desde el escritorio.

-Buenos días, jovencita Iglesias. Puede ir sentándose si quiere-ofreció de inmediato volviendo su atención al libro de trabajo.

Verónica cerró la puerta con delicadeza, avanzando y cuidando de no hacer ruido por el silencio que había reinado en la sala.

-¿Ya ha encontrado a su musa?-fue le pregunta repentina, la latina se detuvo y volteó a verlo.

Recordó las sonrisas de Lucy, como sus ojos cafés miraban con esperanza al mundo, su inspiración y como se sentía viva al verla, obtuvo la respuesta.

-Sí, la he encontrado-intentó ocultar su sonrisa, mirando fijamente al señor antes de que este asintiera complacido y la mandara a sentarse.

Fue a su mesa de siempre, acomodando sus cosas y aprovechando el tiempo extra para adelantar unos ejercicios de los deberes de Cálculo. Planeaba pedirle ayuda a Lucy esa misma noche, pero intentaría hacerlos sola para que la castaña estuviera orgullosa de ella. (Seguro lo hace mal) Se encontraba tan sumergida en los números, borrando y haciendo los cálculos mentalmente, que no se percató cuando los jóvenes comenzaron a llenar el salón. Estaba atascada específicamente en un problema muy complicado, ya había escrito y borrado varias veces cuando se equivocaba.

Rivales (Vercy)Where stories live. Discover now