¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Tan mala cristiana he sido? Verónica se lamentaba mientras montaban las tiendas. Todo sería perfecto, si tan solo no le hubiera tocado a Camila y a ella hacerlo con el grupo de raritas ¡Justo tenían que ser ellas dos! Lucy no la miraba, estaba ayudando un poco cerca de Vero, pero fingiendo que no existía mientras Camila doblaba mantas utilizando el mismo truco, pero con Jauregui. ¿Por qué esto debía sucederle a ella?
-¡Lau, ese clavo no va allí!-Lucy siempre estaba al pendiente de la ojiverde, eso molestaba a Verónica.
Pero no eran celos, para nada, nunca en la vida.
-Eso estaba haciendo-Jauregui parecía en otro mundo ¿Tendría cerebro? Verónica no podía evitar sentir amargura al verla.
Primero confundía a Camila y ahora le robaba la atención de Lucy, gracias Jauregui. (Pero recuerden chicas, Verónica no está celosa *guiño*)
Las tres chicas se rieron por algo que dijo la alta y la latina quería hacerlas callar.
-No vayan tan lento, idiotas, que por su culpa nosotras también pagamos-les dijo, aunque miraba fijamente los ojos cafés.
-Lo que tú digas, plástica-¿La ojiverde acababa de rodarle los ojos? Realmente, Jauregui se buscaba los problemas.
-Dejemos de pelear, quiero terminar con esto, fenómeno-le dijo Camila y la rarita no volvió a hablar, Verónica sonrió.
(Hasta Verónica sabe que es gobernada, pobre Lauren)
Verónica estaba ayudando en la tienda y Lucy también, las dos se miraban sin simpatía hasta que la latina decidió hablar.
-¿Qué haces aquí? Vete a ayudar a la rarita, yo puedo sola-no pudo evitar sonar cortante. Lucy apretó los labios, desvío los ojos y siguió con su tarea sin hacerle caso a Verónica.
-¿Vives, me escuchas? Lárgate-haló la tela para intentar quitársela a la castaña.
-Ya ¿Qué te pasa? -Lucy también haló de su lado, retando a la latina con los ojos.
-¿A mí? Nada, pero no necesito tu inútil ayuda, Lucia-le dijo ya que sabía que la castaña odiaba que le dijeran así.
-Madura de una vez, Iglesias-estaban las dos forcejando con la tela de la carpa.
-Ya quisieras.
-¡Au!-la ojiverde fue tan imbécil que logró pegarse con el martillo. Lucy veía preocupada a su amiga y Verónica rodó los ojos.
-¿Lo, estas bien?-ahora todos miraban a Jauregui, la latina ya esperaba que Lucy fuera a ayudar.
Lo que sorprendió a todas, incluso a la ojiverde, era ver que Camila fue la primera en acercarse y curar la herida de la rarita.
-Tu siempre haciendo idioteces ¿Es necesario, fenómeno?-le reprochó, parecía concentrada en su labor de vendar la herida -. Listo, así estará mejor
-Aun duele-Jauregui era una quejona ¿Qué le veía Camila?
-Si sigues moviéndolo te dolerá más-le dijo Camila sosteniendo su mano, la ojiverde le miró fijamente y ella se sonrojó.
Verónica se preocupó al ver como las amigas de la rarita miraban a Camila, ella también veía a su mejor amiga sin creerse que acaba de hacer eso ¡Frente a todas! Si quieres tatúate en la frente: Creo que siento cosas por ti, Lauren, por esa razón me preocupo por tu dedo. Señor, perdónala, no sabe lo que hace. Verónica le diría sus cuatro cosas a Camila cuando estuvieran solas.
