El sueño

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Estaba anocheciendo y decidí probar la cámara que me regaló la Pali, me encontraba en el salón de la casa frente a la chimenea encendida y tomé un par de fotos a lugares de la casa que me parecían llamativas, como las escaleras ornamentadas, los grandes ventanales franceses, el gran salón con su chimenea principal con un estilo victoriano y por último le tomé un par de fotos a mi hermanita mientras estaba distraída, luego de eso decidí salir al gran patio que tenía la casa, estaba decorado con grandes pinos con formas de espirales ascendentes, muchos arbustos florales y el gran cerco que rodeaba la casa era de fierro negro con decoraciones góticas, pensándolo bien la casa vista desde fuera era la mansión de los locos Adams. Caminando por el gran patio me di cuenta que a lo lejos se veía una casa mucho mas grande que la mía, con un estilo totalmente diferente, tenía una fachada moderna y la casa era completamente blanca con detalles en madera natural, probablemente madera nativa de la zona, la casa se encontraba casi oculta por los árboles del bosque que rodeaba toda la zona.
-Supongo que esa es la casa de Bernardita y Joaquín- dije, mientras contemplaba la mansión del alcalde. Después de tomar varías fotos fuera, fui al sótano donde estaba el cuarto oscuro, al entrar prendí las luces rojas y comencé el proceso de revelado, me llevó un buen tiempo hacerlo y sin darme cuenta ya eran las 2:15am, terminé de revelar las imagines y me fui a dormir sin verlas.
-mañana por la mañana vendré a revisar las fotos- dije con un tono cansado.

Esa noche tuve un sueño muy extraño, estaba durmiendo en mi cama y me pareció ver a Bernardita, parada en una esquina de mi cuarto, me asusté y rápidamente encendí la lámpara que tenía en mi velador y al voltear nuevamente ya no había nada, vi la hora y eran las 4:47am. Esa fue la prima noche que soñé con Bernardita Danús.

Desperté cansada, como si no hubiera dormido prácticamente nada, aún podía recordar el extraño sueño que tuve anoche, traté de ignóralo y seguir con mi mañana, la casa estaba temperada, me extraña ya que siempre que despierto la casa está hecha un iceberg, baje al primer piso y ahí estaba Fernanda frente a la chimenea encendida.
-Buenos días Monse- dijo Fernanda al verme parada en el umbral del salón
-Buenos días querida hermanita, ¿qué haces despierta desde tan temprano?- pregunte entusiasmada.
-Nada, solo quise madrugar para tener la chimenea prendida y el desayuno listo para cuando tú despertaras- dijo con una sonrisa de oreja a oreja, en ese momento sentí tanta felicidad que abracé a mi hermana con mucho cariño para demostrarle lo agradecida que estaba, nos dirigimos a la cocina para desayunar de pie junto a la encimera ya que era mucho más rápido que llevar todo al gran comedor.
-Deberíamos tener una mesa en la cocina, para no tener que comer paradas- dijo Fernanda mientras masticaba lo último de pan que le quedaba en la boca.
-tienes razón, la próxima semana iré al pueblo a ver qué mesas combinan con la cocina-
Al terminar de desayunar subí a mi habitación para cambiarme de ropa y poder salir al pueblo a hacer las compras, pero antes baje al sótano para revisar las imágenes que había revelado la noche anterior, las imágenes estaban muy buenas, magníficas para ser precisa, y no porque yo las había tomado, de verdad estaban muy buenas, tomé un sobre y las guardé para el recuerdo o para venderlas, también podía aprovechar mi pasión por la fotografía para hacer un poco de dinero, subí a la primera planta y me dirigí a la puerta para ir al pueblo, tenía que comprar más ampolletas rojas para el cuarto oscuro y un par de cosas que me pidió Fernanda para decorar su cuarto, entre ellos, cuadros, una alfombra y una lámpara de sal que vio en la vitrina de una tienda cuando llegamos al pueblo.

Ya era tarde y volvía a casa con todas las cosas que tenía que comprar, al entrar a la casa Fernanda me recibió en la entrada y me ayudó con las cosas que llevaba.
-Recibiste una llamada mientras no estabas- dijo Fernanda mientras llevaba sus nuevas cosas a su habitación.
-¿Quien era?- pregunté con curiosidad, era extraño que llamaran por el viejo teléfono fijo teniendo mi celular, Fernanda no escuchó mi pregunta y solo escuché como cerraba su puerta. Fui a la cocina a preparar la cena y mientras estaba en plena inspiración culinaria escuché como sonaba el teléfono fijo, me molesté un poco al sentir la presión de contestar y no poder seguir cocinando, deje los alimentos y me encamine hacia el teléfono que aún sonaba, lo tomé y dije:
-Hola, residencia Góngora ¿en qué le puedo ayudar?- me sentí tan formal al pronunciar esas palabras.
-Hola ¿hablo con la señorita Monserrat?-
-Sí, ¿con quien tengo el gusto?- pregunté cortésmente.
-Mi nombre es Falsa interesada, y estoy buscando a una fotógrafa, soy secretaria del señor Joaquín Sepulveda, la señorita Bernardita me recomendó a usted, me dijo que su trabajo es bastante bueno y me gustaría contratarla para una sesión de fotos mañana por la tarde, se trata de promocionar el estilo de vida saludable en el pueblo, ¿le interesa la propuesta?-
-Claro que sí, me encantaría poder ayudarla ¿a qué hora exactamente es la sesión?- contesté entusiasmada.
-a las 17:30 tiene que presentarse en el ayuntamiento y nosotros la llevaremos al lugar en donde se hará la sesión, es en una pradera cercana-
-genial, a esa hora estaré mañana-
-estupendo, mañana aclararemos el precio y el resto de detalles, nos vemos mañana señorita Monserrat, adiós-
-Ciao-
Estaba demasiado contenta, di un par de brincos de pura emoción y luego corrí escaleras arriba para contarle a Fernanda lo que había ocurrido, ella también se emocionó mucho y festejamos un poco, después de eso fui a dormir plácidamente.

Luces rojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora