No sabía que estaba ocurriendo pero tenía la certeza de que debía obedecer a lo que decía Bernardita, caminé a la terraza sin mirar atrás, estaba nerviosa. Al llegar a la terraza podía escuchar como la conversación de Bernardita y esta otra persona se había convertido en una discusión, escuchaba cada vez más fuertes sus voces pero aún así no podía distinguir lo que decían. Estaba de pie en la terraza, temblaba, mi corazón estaba acelerado y mis manos comenzaban a sudar, escuché un golpe seco en una de las paredes y di un pequeño grito de susto. Ese fue el gatillante para que comenzara una crisis, en ese momento me quebré, comenzaron a brotar lágrimas de mis ojos y entre sollozos traté de sentarme en el sillón, aún escuchaba golpes, estaba aterrada, tenía miedo de lo que le pudiera pasar a Bernardita, pero no era capaz de moverme, estaba paralizada en ese sillón, llorando, cubría mi cara con mis manos, todo era caos, ya no era consciente de lo que ocurría a mi alrededor, poco a poco deje de escuchar lo que ocurría en mi entorno y solo podía sentir el latir de mi corazón desenfrenado en mi pecho. Estaba en un hoyo negro, en caída libre hacia mis traumas más profundos.
De pronto sentí unas manos muy frías y suaves que con gentileza quitaban lentamente mis manos de mi rostro, por uno momento pensé que era Bernardita, pero al mirar frente a mí vi a un joven, aproximadamente de unos 19 años con pelo castaño oscuro y corto, tenía la piel pálida y unos ojos de un rojo fulminante, sonreía plácidamente viendo mi rostro como si fuera su platillo favorito.
-Ya veo porque Bernardita no quería que te conociera, tienes un aroma excepcional, aún que, muy dulce para mi gusto- rió sarcásticamente al terminar la frase, manteniendo sus extraños ojos en mí.
-Al parecer mi vieja amiga no quiere compartir la cena-
-¡Aléjate de ella!- Bernardita acababa de entrar en la terraza y en menos de un segundo corrió hacia este chico y lo derribó con una sola mano, el joven dio un par de vueltas en el aire y se estrelló contra el rosal que cubría la pared, al caer al suelo se levantó extremadamente rápido, casi no pude notar como se paraba.
-Veo que esta chica es importante para ti ¿no es así?- Dijo el joven quitándose unos pétalos de rosa que tenía sobre el hombro.
-Me disculpo si fui muy violento, ya me conoces, hay veces en las que no me puedo controlar-
-Véte ahora de esta casa, Joaquín debe llegar en cualquier momento y sabes perfectamente que no puedes estar en nuestro territorio sin su permiso- exclamó Bernardita con un tono fuerte y amenazador.
-Está bien, me iré, pero quiero que sepas que no tienes permitido proteger a una humana y mucho menos después de que viera todo esto. Ah y por último, Paula se enterará de lo que ocurrió esta noche y me temo que no estará muy contenta con tu actitud-
Al terminar de hablar, este chico desapareció, tan rápido que en un parpadeo ya no estaba en la terraza.Ahí estaba yo, en el suelo, junto a Bernardita que me miraba con decepción, pero no decepción hacía mi, podía notar en su rostro que estaba mal con ella misma. Aún podía sentir mi corazón que latía rápidamente, mis brazos temblaban. La crisis aún no había terminado, todo lo contrario, empezaba a empeorar. De pronto todo comenzó a oscurecer, mi cuerpo no respondió y caí desmayada.
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Luces rojas
FanfictionUn 29 de abril de 2023 Montserrat se muda a un pequeño pueblo al sur de Chile, ahí conocerá a dos chicas misteriosas que le llamarán la atención, poco a poco Monserrat se dará cuenta que Bernardita y Paula ocultan algo prohibido. Lamentablemente est...