Capítulo 4

7 0 0
                                    

Mentiras

Hoy entregan las boletas de calificaciones y estoy nerviosa, hace tres semanas que acabaron las clases y me lleve ansiosa esperando este día. Esta vez las juntas de curso tardaron más de lo normal

Esperaba sacar las notas que anhelaba, me esforcé mucho durante el año para obtener buen puntaje en todas las asignaturas, quiero que mamá se enorgullezca de mi cuando se las muestre. Ella debía acompañarme pero no podrá porque entra a trabajar a las siete

No quiso pedir permiso en su primer mes para no abusar de la confianza que le han dado hasta ahora, fue mucha suerte que esa señora apareciera justo en nuestro peor momento y que en la entrevista todo saliera bien

Dejo de pensar cuando no encuentro los zapatos deportivos grises que compre hace un tiempo, miro debajo de la cama pero no están, alzo las sabanas de Sara para ver también pero nada

-¿Don quedaron esos zapatos?- me arrodillo para recordar la última vez que me los puse

Llevo mi mamo a la boca y juego con mi labio, pensando, cuando el recuerdo llega claro a mi mente, se los preste a mi hermana. Me levanto y empiezo a remecerla

-¿Sara dónde dejaste mis zapatos?- se remueve fastidiada, no comprendo cómo puede dormir con el calor que hace

-Sara- exclamo sin paciencia golpeándola con una almohada

-¿Qué quieres molestosa?- gruñe enojada

-¿Dónde- dejaste-mis-zapatos?- repito lento para que pueda captarlo

-Yo que sé por eso son tuyos ¿no?-

-Pregunto porque te los preste genia-

-No se Selene deja de molestarme- y vuelve a cubrirse con las sabanas

Por su culpa llegare tarde, miro el reloj para comprobarlo nueve cuarenta y siete de la mañana ¡no puede ser! tengo 12 minutos solamente

Vuelvo a mirar a mi dulce hermanita que duerme plácidamente mientras yo me vuelvo loca pensando. Genial tendré que cambiarme

Regreso al ropero y rebusco entre mis cosas, opto por un vestido floreado verde olivo y unas sandalias, me miro una vez más en el espejo de medio cuerpo y me doy el visto bueno. Agarro la única cartera que tengo y salgo disparada hacia la escuela, para mi buena suerte está a menos de diez minutos caminando, si apresuro el paso llego con la justa

Y como lo espere me encuentro en la puerta a las diez con cinco minutos, varios padres ya deambulan por el patio, algunos con caras largas, enojados, y otros alegres. Cuando llego a mi salón algunos de mis compañeros ya están adentro hablando con la tutora, espero mi turno para acercarme y que me entregue la boleta

Me quedo en una banca para darles privacidad pero los regaños de la madre de Pía se oyen hasta afuera, las veo salir del salón a pasa rápido, mi compañera llora a mares y su progenitora la empuja para que camine

-Espera a que lleguemos a casa y lloraras con ganas- dice antes de doblar la esquina

Me quedo mirando más tiempo del debido por donde se fueron, hasta que escucho un pase de la maestra, espabilo para regresar a lo que me concierne y entro al salón

-Selene buenos días- saluda cordial -espere ver a tu madre- menciona firmando unos papeles

-No puedo venir está trabajando- me disculpo en su nombre

-El siguiente año espero que asista con más regularidad a las reuniones de padres- dice buscando en la pila de hojas que tiene

-Así será- aseguro avergonzada

Por un Nuevo AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora