Capítulo 24

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Bienvenidos a la Academia Privada Elorial Prait

El primer día de clases es el más importe de todo el año lectivo. Este día muestras tu personalidad con tus compañeros y te relacionas con ellos. Haces tus primeros amigos y así acabas creando tu grupo, te clasifican los maestros por el comportamiento y dejas las primeras impresiones del estudiante que serás durante esos meses. En fin, prácticamente era como presentarte ante un jurado y estar en escrutinio total. Por eso siempre odie las inauguraciones escolares

El sentimiento de nervio me embarga tanto que me es imposible comer y conciliar el sueño. Por lo mismo, me levante a las seis de la mañana porque me canse de dar vueltas en la cama sin ningún resultado, tan solo habían pasado cuarenta minutos y ya estaba bañada y con el cabello seco

Abrí las puertas del enorme armario y me planté frente al espejo de mi tocador viendo mi rostro pálido y ojeroso. En definitiva, no fue buena idea desvelarme ahora parecía un panda. Empecé a leer las etiquetas de los productos que mi madre dejo a petición de Éber. La mayoría eran cremas corporales, faciales e hidratantes, sueros, mascarillas y demás cosas para hacer toda una rutina de skin care

Yo solo uso una sola crema para todo el cuerpo, jamás había visto tantas cosas juntas solo para el rostro. Y como no logré deducir como ponérmelas busque información en internet. Diez minutos después y ocho tutoriales de belleza logre ponerme al menos cinco productos de los tantos que me compraron

Una vez culminada esa parte me coloque un poco de corrector de ojeras, rubor, mascara de pestañas y un gloss color nut. De acuerdo con la directora estaba permitido que las señoritas usaran maquillaje siempre y cuando no fuera exagerado. Respire hondo aun en el espejo admirando el resultado de mis pocos conocimientos en auto belleza

Al menos ya tenía color y los parches oscuros bajos mis ojos estaban cubiertos y con eso me bastaba. Ahora solo faltaba el cabello que como todo en este día estaba desastroso. Busque la plancha y le di unas cuentas pasadas, me saque dos mechones del frente y con un par de gomas para el cabello me hice dos coletas, dejando el resto de mi cabello suelto

Volví analizar mi aspecto y esta vez sí me agrado el resultado. Me levanté al ver que faltaban cuarenta y cinco minutos para irnos, aun me faltaba el uniforme y bajar a desayunar. Me cambié rápido y me di una mirada rápida en el espejo de cuerpo entero. Voltee la cabeza buscando encontrar un buen ángulo con este atuendo, pero fue imposible. Parecía que iba a un funeral, un funeral muy elegante

Me aparte y regrese a la habitación antes de entrar en colapso y quitarme todo. Me sentía rara otra vez con toda esta situación y ese era el sentimiento que últimamente predominaba en mí vida. Guarde lo necesario para el primer día y baje con los demás

Media hora después la camioneta estaciono en la entrada. Mi madre le da unas palabras de apoyo a mi hermana en el asiento trasero mientras yo miraba a los estudiantes deambulando con sus padres por los diversos caminos que llevaban a las escaleras del enorme edificio blanco con ventanales

Si pensaba que las mansiones eran grandes estos edificios no tenían comparación

Papá nos indicó que ya era hora de ingresar al auditorio o llegaremos tarde. Todos bajamos y mi madre se adelantó con Sara dejándome a mi sola al lado del carro. La vi avanzar con mi hermana y esa punzada habitual de abandono se instaló en mi pecho. Nuevamente solo se fijaba en una hija y la otra no existía

Continue mirándolas imaginando lo que se sentiría estar en el lugar de Sara. Y me entraron ganas de llorar, pero sentí un brazo rodear mis hombros y cuando di vuelta para ver de quien se trataba me encontré a Éber dándome una sonrisa de comprensión y apoyo. Le sonreí con tristeza y me di un leve apretón que ayudo a reconfortarme

Por un Nuevo AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora