Orlando, Nueva York y Los Ángeles
Escucho el relato de mi hermana sobre la increíble tarde que pasaron en las calles de Orlando, Florida
-Deberías ver los edificios son enormes y las plazas están llenas tiendas de lujo divinas, nada que ver con el tianguis en México- la mueca de asco que pone cada que habla de los lugares que visitábamos antes, me recuerda por qué no hablaba con mi hermana tan seguido
Y es que desde que llegamos ella y mi madre insistieron en recorrer cuanto antes la ciudad para no perder tiempo valioso. Cuando el señor Marriott ofreció llevarlas a conocer The Mall At Millenia ambas mujeres enloquecieron, pues se trata de unos de los mejores centros comerciales en la ciudad, famoso por la cantidad de tiendas de lujo que podías encontrar
Yo insistí en quedarme en el hotel alegando estar cansado por el viaje, ya que no pude conciliar el sueño en todo el trayecto. El señor Éber insistió un poco en que fuera con ellos pero mi madre lo freno en seco, sus palabras se repiten nuevamente como si de una grabadora se tratara
[Deja que se quede, no le ruegues ella se lo pierde. Además así estaremos mejor, sin escuchar sus comentarios sarcásticos por todo lo que gastas]
Ni siquiera se preocupó en disimular que no quería que los acompañará, lo cual no le agrado al señor Marriott porque apenas la frase dejó su boca el frunció profundamente el ceño aun así no le dijo nada, al menos no en mi presencia
Me quedé en video llamada con Leonardo por un par de horas hasta que tuvo que irse porque tenía un partido importante, le desee la mayor de las suertes y el me pidió un beso a la distancia
Me sonroje por su petición pero el argumento que era de buena suerte, que de ese modo sentiría mi presencia en el juego. Luego de varios minutos accedí a su petición y con eso colgó la llamada saltando de alegría y seguro de que ganarían el encuentro
Dejo de pensar en Leo cuando siento un dolor en el brazo
-Auch- digo sobándome el área afectada
-No me estas escuchando- acusa mi hermana
-No tenías que pellizcarme por eso Sara- reprendí
-¿No quieres saber todo lo que compre?- dijo ella con cara de cachorro triste
Negué. No me interesaba saber cuánto hicieron gastar al señor Marriott
Mi hermana continuaba con sus pucheros para convencerme de escuchar sobre sus compras compulsivas, cuando la puerta se abrió de golpe y llegó la persona que menos me espere, mi madre. Traía consigo varias bolsas y cajas
-Esto es para ti- menciono dejando todo sobre la cama. Me acerque a ver que era, se trataba de un montón ropa nueva que ni siquiera iba con mis gustos
Comencé a sacar las prendas con sumo cuidado, examinándolas
Cada prenda que extraía de la bolsa era más el estilo de mi hermana que mío. La mayoría de la ropa tenia escotes pronunciados, transparencias y carecía de tela
Volví a guardar todo en su lugar y por curiosidad le eché un vistazo a los zapatos
Unas botas de gamuza negra de tacón bajo y los otras botas de tacón grueso color blanco con cadenas plateadas en el costado. Imaginando que abría en el contenido de las demás, las deje intactas
-Gracias pero no quiero nada- no mire su reacción porque sabía cuál seria
Soltó una pequeña carcajada sarcástica
-No sé cómo llegue a pensar que algo te gustaría-
-Mamá no quiero que gast...- no me dejo acabar porque se puso en modo histérica
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Por un Nuevo Amanecer
Novela JuvenilCambiar mi vida radicalmente no estaba en mis planes de este año. Pero la vida nos sorprende con situaciones para las que no estamos preparados, es más, ni siquiera las habíamos imaginado. Justo ahora estoy pasando por una de esas situaciones, deja...