𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐

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Si hace ocho años me hubieran dicho todo lo que en mi mundo cambiaría, que a mis veinticuatro años era feliz con mi familia y amigos probablemente me hubiera reído.

Lo hubiera hecho aún más si me dijeran que me iba a casar con la persona de la que tanto me había enamorado.

Y el doble si me hubieran dicho que era yo quien le propondría matrimonio, pero todo eso era real.

Todo había pasado...

Y recordaba perfectamente como lo había hecho sabiendo que a Hunter no le gustaría una propuesta enorme, si no más bien algo privado.

1 año atrás

—¿Cómo descubriste este lugar? —Preguntó Hunter.

—Yo lo construí con ayuda de Steve y Matt —Dijo Harmonie sentándose en el suelo.

Había una plataforma sobre la mano alzada del titan, aunque para mayor seguridad le pusieron una cerca alrededor.

Ese mismo día la pelirroja se había levantado más temprano de lo usual y había preparado el lugar con una mesa y dos sillas, música, la comida la había llevado poco antes de ir por Hunter además de poner un hechizo para mantener lejos a personas y animales.

—¿Y te molestaste en preparar todo esto? No me imagino a la hora a la que te levantaste —Dijo el rubio entre risas.

—Vale la pena si la sorpresa es para ti —Dijo Harmonie besando su mejilla para después acercarse a una de las mesas y correr la silla para que el rubio se sentara.

—Creo que yo soy el que debería hacer estas cosas —Dijo el rubio con un ligero sonrojo mientras se sentaba.

—Claro que no —Dijo Harmonie y besó su mejilla antes de sentarse frente a él.

Con un hechizo sacó la comida del mini  refrigerador y la puso en la mesa, al igual que sirvió dos vasos con sangre de manzana.

—Hey yo conozco este sabor, es la receta de la saña de Camila —Dijo Hunter cuando probó un poco de la comida que había en su plato.

—Me ayudó a cocinarla y de paso me enseñó la receta —Dijo Harmonie sonriendo.

Hunter se quedó mirándola con una sonrisa, o más específicamente a los pequeños colmillos qué aunque siempre sobresalían se notaban aún más cuando la pelirroja sonreía, y al notar hacia donde estaba mirando cubrió su boca con su mano.

—Hey, ¿por qué te pones nerviosa? Sabes que amo tus colmillos —Dijo Hunter.

—¿Por qué? Son consecuencia de la maldición, digo, al menos no me salieron canas antes de tiempo como a mi mamá y a mi tía, pero siguen siendo parte de la maldición —Dijo Harmonie.

—Y amo cada parte de ti, y eso incluye tu maldición —Dijo Hunter.

Harmonie quitó la mano de su boca y volvió a sonreír con las mejillas ligeramente sonrojadas.

A esa altura el sol pegaba fuerte, por eso había un pequeño techo en sobre la mesa y se extendía un poco en donde estaban recostados Arizona y Waffles, a ambos les traía recuerdos el ver como el ave estaba acurrucada en la cola de Arizona.

Poco a poco fue oscureciendo y en el cielo comenzaron a aparecer las estrellas.

—¿Bailas? —Preguntó Harmonie levantándose y extendiendo su mano a la vez que desde su teléfono comenzaba a sonar una melodía.

—Claro —Dijo el rubio y tomó la mano de la joven que comenzó a cantar.

Golden Fox ¦Hunter¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora