Golden Fox ¦Hunter¦

XX

Los días después de la ceremonia de petrificacion fueron, extraños, al menos para Harmonie, para empezar, ver a Lilith y a Eda convivir sin querer matarse cada dos segundos era algo sumamente raro, luego, el hecho de que el portal al reino humano fuera destruido significaba que el principal negocio de Eda, vender artefactos humanos ya no era viable, por lo que reunían dinero entre trabajos eventuales y las pinturas de Harmonie, al principio Eda había rechazado aquella ayuda, pero luego de hacer un trato (que era que entregarían las pinturas y así se dividirian el dinero ganado), y luego (y quizás lo más extraño) era Hunter andaba bastante servicial y hasta un poco cariñoso, lo cual se le hacía muy rato a Harmonie pues si bien el rubio y la pelirroja se habian acercado desde que se conocieron, Hunter nunca había sido muy cariñoso.

Pensaba en eso mientras tocaba una suave melodía en su violín cuando escuchó a Luz acercándose.

—Ella es Harmonie, es la hija de Eda, también tiene su maldición pero solo sale cuando está muy molesta o estresada —Dijo Luz y Harmonie la miró confundida pero con una sonrisa.

—¿Qué se supone que haces Luz? —Preguntó Harmonie.

—Grabo un video para explicarle a mi mamá lo que está pasando, ¿y si tocas algo para ella? —Preguntó Luz emocionada —Harmonie usa la música para... Eh, ya lo olvidé.

—Puedo manipular el medioambiente y puedo inducir algunas emociones en las personas, bien, aquí va —Dijo y comenzó a tocar su violín elevando algunas cosas y haciendo que las hojas que se habían caído de los árboles giraran a su alrededor. —No se preocupe señora Noceda, Luz es como una hermana para mi y la voy a cuidar cueste lo que cueste.

—Aww, eres tan dulce —Dijo Luz antes de pausar el video.

Guardó su violin y fue a preparar las cosas para subirla a la carreta junto a Lilith y Eda mientras Luz subía a su habitación.

—¡Luz! —La llamó Eda y Luz se asomó por la ventana —Es hora de llevar a estos chicos malos al mercado.

—Agh, Eda, ¿Tienes algo que ko esté cubierto de plumas? —Preguntó Lilith quitando las plumas de su camiseta.

—Si yo soporté una maldición durante treinta años, creo que tu puedes soportar algunas plumas —Dijo Eda y Harmonie rió.

Las cuatro se dirigieron al mercado, lugar donde Harmonie tomó los cuadros y junto a Lilith fueron a entregarlas usando su bastón. Fueron casa por casa, entregando las pinturas.

—Creo que Edalyn y Luz aún no confían en mi —Dijo Lilith mientras iban de regreso al mercado.

—Creí que eso era obvio, les tomará un tiempo confiar plenamente, teniendo en cuenta que... Pues... Tu le lanzaste la maldición a mamá —Dijo Harmonie.

—Lo se, y no tienes idea de cuanto lo lamento —Dijo Lilith.

—Sólo con palabras no basta tía, tienes que mostrarles que pueden confiar en ti y que lo sientes —Dijo Harmonie y puso una mano en el hombro de Lilith —Tranquila, se que es difícil ser considerada una traidora, especialmente cuando toda tu vida giró en torno al aquelarre y al emperador.

—¿Cómo...? —Empezó a preguntar pero Harmonie la interrumpió.

—Pero, también se que eres una bruja fuerte, y el aquelarre del emperador solo fue una parte de tu vida, no es lo que define quien eres tu —Dijo y se acercó a su madre que era rodeada por un pequeño grupo de personas.

—No necesito su compasión, fui la delincuente más buscada durante años, deberían temerme —Dijo Eda mostrando su cartel de buscada, pero un brujo lo quemó.