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Después de contarles a los tres jóvenes, y al resto de sus compañeros todo lo que habían hablado con el Hokage, los ninjas que habían llegado del "futuro", se fueron a instalar a las que serían sus nuevas casas por el momento, mientras buscaban cómo resolver el desastre en el que el Uzumaki les había metido.
El Uchiha se había quedado solo, sentado en una banca cerca del parque. Con sus antebrazos apoyados sobre sus rodillas, mientras mantenía la cabeza gacha con la mirada puesta en el suelo.
Todo había sido un desastre. Todo lo que había hecho había sido para nada. No había funcionado. Lo único que había provocado fue dolor hacia esos pobres chicos. A eso chicos y a todo el mundo.
Nunca debió seguir el plan de Madara por una estupidez como lo era el mundo onírico. Debió haber regresado a la aldea cuando tuvo la oportunidad después de haber sido rescatado del accidente.
Si lo hubiera hecho, nada malo habría pasado. O al menos eso era lo que quería creer. Pero nada de eso importaba en esos momentos. El daño ya estaba hecho.
Lo único reconfortante de ese viaje al pasado, era saber que su yo pequeño tendría una oportunidad de hacer las cosas bien. De eso se encargaría él mismo. No permitiría que él mismo error se volviera a cometer.
Un par de pies se detuvieron frente a él. Frunció el ceño confundido, y levantó la cabeza, observando a aquella persona.
El pequeño Obito ante él le miraba con la misma expresión que él tenía: el entrecejo fruncido, denotando molestia y confusión.
— Así que... Se supone que tú eres yo... ¿Verdad? — preguntó con seriedad el niño de brazos cruzados.
— Sí — contestó tranquilo.
— Mmh... — emitió entrecerrando los ojos — Bien — habló, sentándose a su lado derecho — Entonces, ¿dónde está la Rin adulta? ¿Por qué no vino con ustedes?
El mayor boqueó sorprendido, sin saber qué decir. ¿Estaría bien que le dijera el motivo por el cual la castaña no había aparecido allí con ellos?
Posiblemente no fuera una buena idea. El chico podría descontrolarse allí mismo al enterarse de la verdad. Pero por otro lado, tal vez fuera mejor que lo supiera. Así quizás se podría tomar con más calma la muerte de su compañera cuando llegara el momento.
— Bueno. Ella no vino con nosotros porque... Ella... Ella murió...
— Oh... — musitó el menor, bajando la mirada.
El Uchiha parpadeó sorprendido. ¿"Oh"? ¿Solo "oh"? ¿Le acababa de decir que la chica que amaba había muerto, y eso era lo único que se dedicaba a decir?
Estaba a punto de abrir la boca para preguntarle qué rayos le pasaba, cuando él pequeño se le adelantó.
