𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟿.

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El pelinegro salió de la casa de su "prometida", y se encaminó hasta el lugar donde aquellos viejos del clan solían hacer sus reuniones

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El pelinegro salió de la casa de su "prometida", y se encaminó hasta el lugar donde aquellos viejos del clan solían hacer sus reuniones.

Entró en el lugar sin siquiera pedir permiso. Le daba igual si se molestaban con él por eso, no tenía tiempo para esas cosas.

— Obito — pronunció uno de ellos — ¿Qué te trae por aquí?

— Vine a hablar sobre mi boda con Aiko.

— ¿Y cuál es el problema?

— El problema es que se cancela — respondió con seriedad.

— ¿Qué dijiste? — preguntó uno de los ancianos, molesto.

— Lo que ha escuchado. No me casaré con Aiko. 

— ¡¿Pero qué significa esto?! ¡¿Cómo puedes negarte?!

— Tengo todo el derecho del mundo a elegir cuándo y con quién me voy a casar — dijo el menor — Y no será con Aiko.

— No es posible. Cuando te hablamos de esto anteriormente no te negaste.

— Fui un idiota en ese momento en aceptar solo porque estaba deprimido — respondió — ¿Pero adivinen qué? Ya me siento mucho mejor.

— Deberías saber, muchacho... Que esto no es algo en lo que tú tengas dercho a elegir. Estés de acuerdo o no, te casarás con Aiko, porque es la orden que te dimos. Debes cumplir.

— No. No lo haré — dijo firme.

— Te dimos una orden y juraste cumplir. Nos diste tu palabra.

— Jamás hubo un papel de por medio. Fueron solo palabras y no hay forma de probar su veracidad.

— Obito... — pronunció uno de los ancianos de forma furiosa — No te puedes echar para atrás ahora. Te vas a casar y fin de la discusión.

 Te vas a casar y fin de la discusión

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— Hola... — saludó el joven, parándose delante suya.

El pelirrojo levantó la vista de la planta que tenía en sus manos, para observar al azabache frente a él.

𝙻í𝚗𝚎𝚊𝚜 𝚌𝚛𝚞𝚣𝚊𝚍𝚊𝚜『𝙾𝚋𝚒𝙺𝚊𝚔𝚊 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora