Pía
Escucho la clase mientras recuerdo al idiota de Santino, el muy descarado no dejaba de mirarme, se que soy hermosa y atraigo miradas, pero odio que justamente él me mire de esa manera.
No lo soporto, desde el primer día en que lo he visto me ha caído mal, se cree el ser más irresistible y piensa que como todas caen en sus encantos yo también lo haré, pero esta muy equivocado el Adonis ese.
Es solo el típico chico que se cree el dueño de la verdad, y que de seguro sus padres le dan todo lo que quiere y por eso no acepta un "No".
Y si eso no fuera suficiente, tengo que soportar su presencia porque es el mejor amigo de mi hermano. No hace ni tres meses que estamos en este colegio y ya se han hecho inseparables, y eso me molesta, no lo quiero cerca de mi hermano.
Alejo esos pensamientos porque es algo irrelevante en mi vida y por ende no merece que lo piense.
Mi vida es hermosa, tengo dos hermanos a los cuales amo con mi vida, ellos son todo lo que tengo en este mundo. Siempre hemos sido los tres contra el mundo, si bien tenemos abuelos, y nos quieren, solo los tres compartimos ese vínculo.
La muerte de nuestros padres fue algo muy doloroso para todos, en especial para mi hermano mayor, él se hizo cargo tanto de Donato como de mi siendo prácticamente un niño, y se que es el que mejor recuerda el accidente. Yo era más pequeña y no recuerdo nada, la psicóloga ha dicho que he bloqueado esos recuerdos porque me causan dolor, pero yo no recuerdo ni una sola vez que haya pensando en ese día, solo crecí con la idea de que mis padres estaban muertos y de que éramos solo mis hermanos y yo.
La primer amiga real que tuve fue Andrea, la novia de mi hermano mayor, ella también asiste a este instituto, solo que al ser mayor que yo comparte clase con mi hermano Donato. Es una chica muy dulce e inocente, y trae loco a mi hermano, nunca lo había visto perder la cabeza por una chica, pero pareciera que ella es lo que siempre estuvo buscando.
Me cae muy bien, y me encanta la idea de que aparte de mi amiga sea mi cuñada, hace feliz a mi hermano y con eso ya se ha ganado mi aprecio.
La que no me cae es Lía Morelli, la novia de Doni, no se que los unió, no entiendo en que momento coincidieron y empezaron a tratarse, pero esa chica no me gusta nada para mi hermano.
Salgo de mis pensamientos cuando toca el timbre de salida, al fin he terminando la jornada, no es nada grato levantarse temprano para venir a escuchar una clase, pero no me queda de otra si quiero ser Pía Ferrara, la mejor Diseñadora de modas.
—Señores y señoritas, antes de que se vayan quiero comentarles algo —nos habla la profesora provocando que todos dejemos de juntar nuestras cosas.—.Haremos el juego del amigo invisible como lo hacemos cada año en estas fechas. Recuerden las reglas, dentro de esta caja se encuentra el nombre de todos los alumnos de esta institución, solo se puede sacar una vez así que quien les toque será la persona a quien deban darle el regalo dentro de una semana en la fiesta que organiza el colegio —explica y todos gritan emocionados menos yo que no entiendo de que va este juego —Bueno si no tienen ninguna duda empecemos —nos dice al tiempo que empieza a caminar banco por banco para que cada alumno saque el dichoso papelito.
Bueno no debe ser tan malo, puede tocarme cualquiera y no tengo porque preocuparme por el regalo, incluso puede tocarme mi cuñada Andrea y estaré encantada de escoger un regalo para ella.
—Señorita Ferrara, su turno —dice la mujer al tiempo que se detiene a mi lado.
Meto mi mano en la caja y enseguida encuentro un papel así que lo agarro y saco mi mano de allí para que la profesora pueda seguir con su recorrido. Abro el papelito que he agarrado minutos atrás y vaya sorpresa me llevó, esto no puede estar pasándome a mi, hay más de dos mil alumnos en esta institución, ¿Acaso esto es una broma?
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Mi muñeca
Romance4°Libro de la Saga Amores Verdaderos Santino Bianco, pareciera el típico chico malo sin sentimientos, pero esto solo es una coraza que se ha construido a lo largo de los años para protegerse de todos, en especial de Flavio Bianco, su padre. Pía Ferr...